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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 21 de marzo de 2022

Siete años

Foto de Chochi, hermano guía en Cerro Champaquí, Córdoba.
Marina y Patri en ascenso al cerro. Foto de Chochi. Marzo de 2015

El viaje, las pendientes, la elección del guía. 
La emoción, los pasos, la sonrisa para la foto.
Las piedras, los aromas, las nubes sobre nuestras cabezas.

Vivimos una experiencia única, un hito.

Subida al Champaquí que marca un antes y un después en nuestras vidas,

como el conocernos, como el soñar juntas,

como las felices coincidencias en el camino de la amistad.

Inefable distancia

¿Cómo se dice "caricia", de lejos?

¿Y "abrazo"?

¿Cómo se dice "beso" sin humedad?

¿Cómo se dice "piel"?

                                  (de gallina

                                   o

                                   cualquier otra)

¿Cómo, "diástole y sístole"?

¿Cómo, "antebrazo" o "cuello"?

¿Cómo se dice

                         "pasos"

                         "noche"

                         "estrella"

                          con la opacidad

                          de la distancia?

¿Cómo se dice "ojos", sin destello?

¿Cómo "llovizna"

             "llovizna"

             "espalda"?


Ya sé

de lejos, no se dice

viernes, 18 de marzo de 2022

El juego del cordel

 Patricia Morante escribe a partir de la muestra COMO EN CASA de Guadalupe Carrizo inaugurada el 4 de marzo de 2022.

Paredes enfrentadas e hilos invisibles que conectan las palabras, problemas que se entretejen, que provienen de una misma matriz y, tal vez, no; pero creemos que sí. Lo que pasa en el Norte pasa en el Sur y, a veces, no; pero casi siempre, sí. 

Lo mismo de Este a Oeste y viceversa.

Llegando a El Local, el lugar de la muestra, en La Paternal, ya se lee una vidriera con slogans "esperanzadores". En realidad, nos resultan irónicos, como cualquier frase que pueda decir alguien que hace la plancha en el mar de problemas. Fondo colorido y brillante de glitter, para más datos. Letras grandes, fotografiables desde la vereda de enfrente, más allá de los cuatro carriles de la J. B. Justo.

"Aquí también la Nación crece" y "Una ciudad más disfrutable para todos los vecinos".

 Dos reposeras en la vereda también convocan.

Franqueamos la puerta, miramos a un lado y al otro. No sabemos por dónde empezar pero arrancamos.

Guada hace un relevamiento basado en problemáticas y asambleas cuyos integrantes ponen el cuerpo día a día, nadando y, a veces, naufragando en los problemas y buscando la forma de salir a flote, tratando de encontrar la solución, de ser escuchados y de que sean reconocidos los derechos de las personas y de la naturaleza. Y es abrumador, al principio, ver los afiches con tanta información.

Un mapa conceptual a la izquierda. Carteles con letras grandes, carteles con letras pequeñas y flechas que van tejiendo las relaciones entre las problemáticas.

A la derecha, una bandera interminable, que promete agrandarse aún más, tal vez infinitamente, con los nombres de las asambleas que están trabajando, chequeadas cuidadosamente por Guada. Aquí sí está la esperanza, sin comillas ni ironías.

Me gusta de Guada, que invita, que comparte, que presenta una muestra no acabada sino como el principio de algo. 

Y me gusta pensar que el poema está en esos hilos invisibles/silenciosos, al principio, que entretejen las paredes enfrentadas de la muestra, por donde creemos que continúa el mapa. 

En ese tejido está el intercambio de ideas y opiniones que propone Guada y la pared en la que está fijado el cartel ASAMBLEA PERMANENTE se va conformando en un dibujo que se agranda a lo alto y a lo ancho abarcando casi todo el espacio. Como en las figuras de cuerda, el juego de manos basado en un hilo, o similar, cerrado y anudado formando aros en el que el cordel debe disponerse entre las dos manos  que comienzan formando una figura...



sábado, 12 de marzo de 2022

Un jardín

Hay que cuidarlo. 

A veces, sólo basta un poco de presencia, observar todos los días, mover esto para allá, traer de vuelta aquella maceta, atender el llamado de esas hojas nuevas, regocijarse con la cantidad de lombrices, bichos bolitas y otras presencias más aéreas, observar los dibujos que van dejando orugas y caracoles en algunas plantas.

Después, sentarse en el medio, cerrar los ojos y respirar conscientemente.

Antes de irse preguntar:

¿Tenés sed? ¿Aprovechaste la lluvia de ayer? ¿Te ofrezco algo más?