Vivían en clanes
que se movían por los fiordos.
Viajaban de isla
en isla.
Cada familia
tenía un fuego que ardía en el centro de la canoa.
…
Los kawésqar
Los selk’nam
Los aonikenk
Los aush
Los yámanas
Todos caminaban
sobre el mar.
…
Un oceanógrafo me
enseñó que la actividad de pensar se parece al océano.
Las leyes del
pensamiento son las mismas del agua que siempre está dispuesta a amoldarse a
todo.
¿Será esta la
explicación de por qué estos grupos lograron vivir aquí durante milenios con temperaturas
polares?
Vivían en la
región más retirada, en el lugar más despoblado.
No tenían
ciudades, no levantaron monumentos pero sabían dibujar. Un grupo de ellos, los
selk’nam, tuvieron la inspiración de dibujarse a sí mismos. Después de la
muerte creían que podían transformarse en estrellas.
En su mitología
ellos mencionan la constelación de Orión y la Cruz del Sur.
Se dice que el
agua tiene memoria. Yo creo que también
tiene voz. Si nos acercamos mucho
podríamos oír las voces de cada uno de los indígenas y los desaparecidos.
...
Hace poco, a una distancia enorme, se descubrió un cuásar lleno de vapor de agua. Tiene 120 millones más de agua que todos nuestros mares. ¿Cuántas almas errantes podrían encontrar refugio en este inmenso océano que deriva en el vacío?
Patricio Guzmán. El botón de nácar. 2015.