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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 11 de enero de 2010

A los infinitos amantes que ella tiene.


Las palabras se me deslizan cada vez que te pienso. Viajan hacia una laguna sin riberas.

Y allí, entre escamas rozando la piel, sumergida hasta la cintura, me encuentro con mi red tratando de alcanzarlas.
Sólo unas pocas que me desaten de este naufragio empantanado, de esta especie de combate con la nostalgia, de este presagio de sinrazones.
Las sílabas burbujean en el barro.
Entonces, aparece la tabla, la deseada por cualquier ser húmedamente perdido , pero tan lejana está... apenas, un chapoteo susurrante, una monotonía en el horizonte.
Vuelvo a ser insalvable...
Las voces emergen... Se me escurren entre los dedos, salen en confuso aleteo.
Parpadeo letras, intento un grito que se ahoga...
En el azul, las frases, la música y otros colores y sabores se conjuran...

Y descubro que puedo paladear, los labios la pronuncian... y, al fin, mis pies acarician la orilla.





2 comentarios:

  1. Bellísimo, Patri. Puedo sentir la humedad y el sabor de las palabras, el deseo de alcanzar la tabla y saberla al mismo tiempo "tan lejana".
    ¡Gracias por esta joya refulgente!
    Abrazos.

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  2. Hermoso Patri!!!!! Como siempre, de alguna manera, tocás mi corazón.
    Abrazo amiga!!!!

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