<°> <°> <°> <°> <°> <°> <°>

...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

domingo, 2 de septiembre de 2012

Los pasos del regreso
vienen cargados de la noche.
La noche es el ladrido de un perro,
la pesada niebla ,
el domingo que pasó
pero se resiste a irse, todavía.
La noche es el invierno
atravesado por un ladrido,
en la tenaz agonía del domingo.
Como en otra oscuridad:
el vaivén quejumbroso
de los trenes;
alguna voz remota;
los pasos, diseminados
en  ecos repetidos.
Desde el umbral se oye.
Al otro lado habita un silencio
denso, impermeable, tosco.

La noche es un aullido amordazado,
una boca desmesuradamente abierta,
y muda,
cabalgando en la espesa soledad.

2 comentarios:

  1. ¡Qué fuerte, qué potente, amiga! ¡Qué despliegue de creación! Gracias.

    ResponderEliminar
  2. ...esa espesa soledad...conmueve tu poema, planta sentido vital, reflexión...muy armónico en tiempos y coloratura...abrazo.

    ResponderEliminar