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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

domingo, 16 de diciembre de 2012

Informe sobre rincones.

I.
Punto de partida.
¿Cuántos rincones
se procura alguien
en el lugar que habita?

II.
Primeras apreciaciones.
Una voz,
dos voces,
tres voces...

III.
Clasificación.
El de la humillación del penitente,
el del paraguas escurriendo
tristemente la última lluvia,
el del apenado paraguas
seco y reseco de olvido,
el del florero explícito,
el del implícito
(también llamado penitente),
el del fusil,


el de llorar en la manga
de la camisa,
el del beso robado
o el del "arrinconamiento",
el de los recuerdos,
el del paraguas
escurriendo olvido,
el elegido para tejer,
el de atrapar la presa,
el de la última gota
de penumbra,
el de la ropa para lavar,
el de la soledad atrincherada,
 
el del juego de las escondidas,
el que se deshace junto con uno,
el de perder tiempo
de espaldas a la pared,
el de jugar con el palito,
con los pocitos,
con los bichos bolitas
u otros seres diminutivos,
el del paraguas
siempre escurriendo.

IV.
Conclusión final.
Rincones: "decir",
"dicen".
Lo demás
es silencio
en la casa.

2 comentarios:

  1. Un homenaje a esos rincones que laten, dicen y viven junto a nosotros...Muy bueno.

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  2. Patri, esa sensibilidad tuya no dejar de sorprender. Me encanta, además, cómo vas afianzando y fortaleciendo tu lenguaje poético. Y me conmueve cómo la poesía te permite elaborar, construir tu vínculo con la casa, que en definitiva es tu vínculo con vos misma. ¡Te felicito, amiga!

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