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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

martes, 22 de diciembre de 2015

Solsticio.

somos
somos luz
somos luz tierra
somos luz tierra aire
SOMOS luz tierra aire AGUA
somos luz tierra aire
somos luz tierra
somos luz
somos

viernes, 18 de diciembre de 2015

al otro lado

otra vez al pasar rasga mi enagua
con su uña retráctil
el miedo

me miro
con ojos llanos
desde el fondo del río

permanezco tambaleante
en la incertidumbre
del  juego

al siguiente pie
le toca ahora
elegir piedra
donde apoyarse

jueves, 10 de diciembre de 2015

Clarice.


“Yo no tengo nada que decir. ¿Por qué no me quedo tranquila, entonces? Pero si yo no me obligo a hablar, el silencio siempre me va a hundir en oleadas. Palabra y la forma será el tablón sobre el que voy a flotar sobre nubes de silencio.”

 "Tengo miedo de escribir. Es muy peligroso. Cualquiera que haya intentado sabe. El peligro de provocar las cosas ocultas-pues el mundo no está en la superficie, está oculto en sus raíces sumergidas: en las profundidades del mar. Para escribir tengo que instalarme en el vacío. En este vacío es donde existo intuitivamente. Pero es un vacío terriblemente peligroso: es donde me escurre la sangre. Soy una escritora que teme a las trampas de las palabras: las palabras que digo esconden otras-que? Tal vez voy a decir. Escribir es una piedra echada a lo hondo del pozo."

"Escribo para así librarme de mí y luego por fin puedo descansar." 
 
“Escribo como si fuese a salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida. Vivir es una especie de locura que la muerte comete”.

“Soy una escritora que tiene miedo de la celada de las palabras: las palabras que digo esconden otras”.                                                                                          
“Escribo como escribo, sin saber cómo ni por qué: escribo por fatalidad de voz”.
 
“Escribir es tratar de entender, y tratar de reproducir lo irreproducible, es sentir hasta el fondo el sentimiento que de otro modo permanecería vago o sofocador. Escribir es también bendecir una vida que no fue bendecida.” 

“Estoy escribiendo porque no sé qué hacer de mí. Es decir: no sé qué hacer con mi espíritu”.
“Dame tu mano desconocida que la vida me está doliendo y no sé cómo hablar – la realidad es demasiado delicada, sólo la realidad es delicada, mi irrealidad y mi imaginación son más pesadas”.


-Clarice Lispector-

martes, 1 de diciembre de 2015

Niet❀s...

e hijs


ciento diecinueve


o hasta que estén tods



Dibujo original y diseño Tolhuin.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Derecho a las gotas.


por 
una
por dos 
por  miles
por la  música 
de  ellas cuando
caen  como  notas

por  detener una en el 
tiempo. por una sola en 
medio del río. por un río 
lleno. por una y un millón
por esa  que no  vuelve más
por la que camina en tu piel
por las del vaso en la mesita~
el de la sed nocturna~ por la 
que lava la herida. por las 
de lluvia. por las de la risa 
que salpican desde la 
orilla con tu mano 
o con tu pie.
Patricia Morante.







Semblanza.

Elsa Victoria Salinas.

~Te conocí cuando tenía 14 años; vos, 22. Yo, que no era muy femenina que digamos, admiraba tus manos morenas de uñas prolijamente pintadas de rosa nacarado. ¡Ah! ¡Y tu sonrisa! Porque me sonreíste desde la primera vez que nos vimos. Después empecé a admirarte por tu sensibilidad y por tu fortaleza.
Fuiste mi amiga; ocasionalmente, mi cuñada; mi cómplice; siempre, mi hermana~

Inevitable, querida, evocarte mientras desando esas calles. Es que cuando voy de visita a la casa de una de mis amigas y decido llegar a pie, paso por la esquina de la casa donde viviste durante tantos años, la casa de tus abuelos donde te vi por última vez, ese día en que me confiaste el librito de los Grimm para que te lo custodie .
Siempre que camino por allí reescribo este texto en mi memoria porque vos esa vez me pediste que contara algo que había sucedido.

Hasta ahora había podido dibujar apenas el breve poema de una circunstancia feliz de tu vida en la que bailabas zamba al lado del río porque así me dijiste que te sentías cuando lo hacías: feliz.

Bailarina te imaginé o te soñé, junto al río, pollera y pañuelo al viento. Eras amorosa búsqueda y una canción. Hermana, madre, hija, te soñé. Pañuelo y zamba. Descalza, la memoria en tus venas como un río que corría lento. De pie, sobre tu sombra. Buscando, con tu grito callado, húmeda de río. Memoria, pañuelo y zamba te soñé. 
 
Y me dijiste que contara aquello porque era el colofón de lo peor que te había pasado en la vida. Habías buscado por más de treinta años, sabías que no tenías esperanza de encontrarlo con vida pero tampoco te habías imaginado esa circunstancia en la que tu padre desaparecido estaba sepultado con el nombre de otra persona y que tuviste que hablar con esa familia y esa familia te dijo: “lo cuidamos como si fuera nuestro”. Y es que era de ellos, como su desaparecido era tuyo y mío. Y tu padre también y de todos los amigos y compañeros que no vamos a poder entender nunca tanta maldad organizada.

Después te enfermaste, amiga. Fue el dolor.

-Contalo- me habías dicho esa vez- contalo, vos que escribís. Quiero que se sepa. 


 
 Si supieras: ¡Me costó tanto llegar a esta escritura! pero por el dolor tan profundo que tuviste, el mismo que te llevó de nuestro lado, lo hago.
No sé por qué justo hoy salen estas palabras, las primeras. Justo hoy que quiero, necesito recordarte en medio de nuestras aventuras, entre disfraces, festejos y esa sonrisa imprescindible.
Será porque todavía es noviembre, el mes de tu cumple, o tal vez porque el perfume de los jazmines que tanto te gustaban, sacude ahora mi letargo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Corriente de corrupción.





AGUA QUE FLUYE

El aula de segundo año se fue transformando de a poco en un lugar bastante ruidoso durante las cuatro horas semanales de Prácticas del Lenguaje. Algo así como un río torrentoso.
Los miércoles hay un poco más de tranquilidad (sólo un poco) porque arrancamos bien temprano, a las 7:30 y cuesta terminar de despertarse.
El ruido y el desorden se deben a que hay discusiones, producciones, lecturas apasionadas, juegos de palabras, chistes, comisiones o grupos que trabajan en diferentes actividades.

Lo que aparece en las fotos es una obrita~representación de 11 minutos en la Bienal "Arte y Naturaleza" del 23 de octubre en el colegio.
Antes que nada nos habíamos dedicado a leer a Henrik Ibsen en "Un enemigo del pueblo". (Noruega~1883). Después analizamos, comentamos, hicimos trabajos. Y así empezaron las investigaciones e intercambios de opiniones acerca del conflicto, de la vigencia del mismo, de la trama, etc. Bebimos de esa fuente literaria del teatro moderno para comenzar a hacer nuestras propias producciones.
Hay un montón de detalles que no cuento porque no caben en este relato, en primer lugar y en segundo, hay situaciones áulicas intraducibles por medio de palabras. Es mentira que está todo escrito en planificaciones y libros de temas.

Así fue naciendo "Corriente de corrupción".

El título se discutió y se volvió a discutir pero finalmente representa una de las tantas conclusiones de un trabajo relacionado con la contaminación del agua.
El aula, ese lugar ruidoso, se transformó en la escenografía de la obra: casa, hospital, plaza para asambleas; l@s estudiantes de 13 y 14 años en guionistas, actores, actrices, asistentes, vestuaristas.

L@s treinta jóvenes son río, agua que fluye, para denunciar lo que se hace y se deja de hacer con esa otra agua que pudo seguir corriendo fresca y pura también pero que ya no sirve para tomar.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Eduardo Galeano: mujeres.

                 

lunes, 23 de noviembre de 2015

F.L. Bernárdez y Giannattasio.

















te quiero ceibo
con tus ramas al aire
de rojos pájaros

domingo, 22 de noviembre de 2015

Medusa o mariposa.

 




"La música se parece más a un animal que al hombre. 
Es como si la música fuera una medusa o una mariposa. 
Tiene una animalidad, una cosa indomable. Por más
que le escribamos o le combinemos lo que sea, siempre 
abarca mucho más."

Luis Alberto Spinetta en Martropía.

martes, 17 de noviembre de 2015

Tiempo de aguas.


Inquietante desde la apertura de sala.
Desde objetos, texturas, luz, partículas, olores. Movimiento a movimiento la obra de Patricia Zangaro percute, punza, pregunta y nos deja al descubierto frente a un túnel de espejos, en la interpretación de las dos únicas actrices en escena. Las mujeres resisten en el drama. Sólo pueden vencer los mandatos mirándose la una a la otra y cada una a sí misma.
El tiempo de aguas es la transición entre lo conocido y aquello por conocer;   
entre lo habitual y lo que empieza a ser extraño. 

  Es necesario un río que limpie, que se lleve lo viejo, que ahogue, mas no que genere el olvido, pues  las mujeres deberán indagar en los recovecos de la memoria para hacer el reconocimiento en conjunto. Construyen y aprenden mirándose en los espejos propios y en los de la otra. Hay lucha, resistencia, empoderamiento, obediencia, negación, rebelión; en la mujer mayor, que lee pero se 
niega a escribir y en la más joven, que ignora la técnica en tinta y papel aunque de ojos bien abiertos traza una historia, recrea e inventa a partir de su sed infinita. Las letras que se entrelazan en la tela no pueden ser borradas por el agua porque están bordadas con las hebras de la memoria. La muchacha pide salvarse sin saber que con ese requerimiento ambas llegarán a la orilla.

Tiempo de aguas pone palabras, intercala silencios y bate tambores desde lo más hondo de nosotras. En la dramaturgia, palabras, silencios y sonidos ancestrales fluyen como río en el valle. Poesía en estado puro sobre el escenario para dar a conocer la cosmovisión femenina.
Las mujeres de esta obra: actrices, autora, directora, asistentes técnicas, desenrollan el hilo, lo arrojan lejos y  lo vuelven a ovillar: buscan, llevan y traen historias que son las de  tantas otras mujeres.

 El hilo es siempre el mismo.

Patricia Morante.


Fotografías y comentario pertenecientes al reestreno de Tiempo de aguas de Patricia Zangaro el 15 de noviembre último en el Centro Cultural Justo Lynch de Wilde.

Actrices: María Ester Mazza y María Eugenia Trezza.
Dirección: Patricia Casalvieri.
Escenografía: Natalia Santini.

http://tiempodeaguas.blogspot.com.ar/

miércoles, 4 de noviembre de 2015

MARICI WEU


“Tenemos la voz que otros hermanos no tienen”
“Por eso asumimos esta necesidad y esta responsabilidad enorme de seguir luchando”
“Hoy más que nunca vamos a defender cada metro de territorio. Es un triunfo de todos los pueblos originarios que luchan y se organizan en Argentina”, dijo Relmu Ñamku
TODAS SOMOS RELMU EN LIBERTAD

viernes, 30 de octubre de 2015

La libertad es algo
que sólo en tus entrañas
bate como el relámpago.

Miguel Hernández.
Romancero de ausencias.

domingo, 25 de octubre de 2015

Mi corazón es tierra.

un manojo
apenas
donde entraño
del árbol sediento
la promesa

martes, 13 de octubre de 2015

Diecisiete moras.









 




 


FotosTolhuin. Camino de cardón

domingo, 4 de octubre de 2015

sábado, 3 de octubre de 2015

miércoles, 30 de septiembre de 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

domingo, 6 de septiembre de 2015

45
Algunas despedidas
suelen quedar desiertas.
Uno ignora hasta dónde puede ausentarse del adiós.
Ana Emilia Lahitte. Algunas maneras de ensayar el adiós.


además del imperfecto
color de la madrugada
de un rincón de poemas
que se deshilachan
en devociones
de varios desembarcos
en transvases simultáneos
de una figura de barro
siempre sedienta
otra canción crepita

 
empezó como sospecha
junto a las tres notas
persistentes de un zorzal
los últimos días del invierno
y continuó sin remedio
haciéndose ubicua
Foto Tolhuin. "Como el romero"
y tan cierta como el ocaso
atravesando las pupilas
como las aromáticas
poblando los jardines
y las mesas
como la vida
cuando va desbocada
y a rienda suelta


canción manifiesta desde el olor
indiscutible al tacto
innegable desde sus destellos
que imponen
entrecerrar párpados

tal vez alguien la entrañe
la musite o haga su mímica
al compás de algún latido
tal vez sólo la lleve hendida
y silente
en medio del pecho

con largas voces se escucharán
las estrofas de un rito
y el sermón de la mañana obligatoria
goteando su impaciencia
sobre follajes abandonados

pero la canción
será de callados versos
que se cerrarán sobre sí mismos
o se borronearán a cielo abierto
confundidos con los de pájaros
noctámbulos

de la canción
~ olorosa y palpable~
el silencio

así será
un abrir y cerrar de balbuceos
ensayos graduales lentos
tal vez tortuosos
restallidos mudos

hasta que el tiempo pulse
alguna de las bocas
y con unívoco tañido
sea el único capaz
de gestionar la despedida

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Otra vez la poesía.
La veo caminar hacia mí.
Por más sedosa y sugestiva
que se me aparezca
le digo que no:
que no quiero,
que estoy cansada,
que no hay nada que hacer
ahora, que me encuentro
más triste que nunca.
Pero ella ha venido
a apiadarse de mí.
Apoya su mano
sobre mi cabeza afiebrada,
pone paños fríos
en mis párpados,
en mis manos,
en mi boca.

-Hoy la belleza
está en el silencio- dice.


jueves, 6 de agosto de 2015

HIROSHIMA. De Héctor Germán Oesterheld.




Yo estuve allí. Yo estuve en Hiroshima. Yo supe lo que iba a pasar. Aunque, desde luego, no pude hacer nada para evitarlo. Yo estaba allí, y, a la vez, no estaba.
No preguntes cómo fue posible, porque no puedo decirte más.
He conocido los abismos del universo todo.
Ninguno tan vertiginoso, tan atrapante como el horror.
El horror de Hiroshima.Hiroshima, el primer nombre del horror atómico.
Hiroshima en agosto de 1945, es una ciudad construida sobre un delta. Siete ríos la cruzan. Colinas bajas hasta el este.
Tiene 250.000 habitantes. Típico puerto japonés, muy laborioso, con casi toda la gente viviendo en un área reducida, unos 8 kilómetros cuadrados.
Hiroshima, en agosto de 1945, son unas de las pocas ciudades que han respetado el B-San (el señor b, en japonés; así llama la gente con árido humor, a los B-29, las superfortalezas que, día a día, arrojan toneladas de bombas sobre las islas).Pero se descuenta que la suerte de Hiroshima no ha de durar. Por eso, el alcalde ha ordenado que franjas de casas sean demolidas, para que el fuego de los incendios no pueda propagarse. Es seguro que habrá incendios cuando vengan B-San. Porque las casas son de madera, con techos de tejas.
También ordenó el alcalde que cada casa tenga delante un tanque de cemento lleno de agua, para combatir el fuego.
Ya ha quedado establecido: Hiroshima será la capital del imperio si Tokio debe ser evacuado. Los soldados cavan refugios, para resistir hasta lo último. Son soldados de la 5ª división, la llamada ‘Invencible de Singapur’. Cinco mil de ellos están acuartelados en el secular castillo de Chogoku, en el centro de la ciudad.

Hiroshima, en agosto de 1945, sabe que está en guerra, y hace tiempo espera lo peor.
¿Por qué B-San nos respetó hasta ahora?, se pregunta la gente. Y se contentan: Porque nos reservan algo especial. Aunque Hiroshima, en agosto de 1945, está cansado de oír rugir los motores de B-San, de oír la alarma antiaérea. Porque las escuadrillas de B-san suelen concentrarse todos los días casi encima de la bahía. Pero B-San no ataca nunca Hiroshima, siempre la elude; sigue hasta Tokio, hacia Yokohama, hacia cualquier otro objetivo. Pero nunca visita Hiroshima, aunque está allí, en el fondo de la bahía.
 



Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, a las 7:15 de la mañana, oye, una vez más, la alarma antiaérea. Pero tampoco ahora es la rápida serie de señales que anunciaban un ataque inminente. Es sólo un largo toque de sirena, que -todos lo saben- representa una simple advertencia.
Una simple advertencia como tantas; el radar ha captado aviones en la bahía; las estaciones cumplen su deber anunciando que Hiroshima puede ser bombardeada.
A la 8, se sabe que tampoco esta vez B-San piensa hacer algo contra la ciudad. Sólo tres aviones vienen volando muy alto: una misión de reconocimiento, seguro…
Tan poca importancia se da a aquellos 3 aviones, que en toda Hiroshima se oye ahora la señal de que el peligro ha pasado…
Los 3 aviones se abren al volar sobre Hiroshima. Uno de ellos, el del medio, va directamente hacia el centro de la ciudad.
Es el ENOLA GAY.
Y pasará sobre el castillo de Chogoku.
Hiroshima, 6 de Agosto de 1945, ocho horas quince minutos…
Miles de ojos miran hacia B-San.
Soldados de las baterías antiaéreas, que retienen el fuego porque saben que a semejante altura los disparos serian inútiles. Chicos en algunas escuelas, contentos de tener algo para mirar en lugar del siempre aburrido pizarrón.
Gente en la calle, la que tiene poco apuro, la que puede perder el tiempo mirando el cielo.
Miles de ojos miran a B-San…
Miles de ojos que están recibiendo las últimas gotas de luz.
Un destello vivísimo. Iluminando el cielo todo.
Miles de ojos, ya ciegos.
El destello sigue; un golpe de calor brutal, inconcebible.
Y enseguida un manotazo titánico que arrasa con todo.
Mamá Sato pone sobre la mesa cinco tazones con arroz y leche.Cinco tazones para sus cinco hijos; cinco hijos llenos de risa, porque Mamá Sato siempre les cuenta chistes. El desayuno es la hora más feliz para Mamá Sato. Que trabaja en una fábrica.
El resplandor en la ventana, bañando la habitación con luz crudísima, insoportable.
-¡Un relámpago! –grita, alborotado uno de los chicos.
-¡No puede ser! –grita otro-. ¡Si no hay tormenta!Se abalanzan hacia la ventana, para ver, pero no llegan. Una fuerza irresistible los arrebata. Mamá Sato se siente proyectada a través de la pared, queda aturdida, apretada por vigas y tablas. Queda aturdida, pero un grito la hace reaccionar.
-¡Mamá! –Es la vocecita de Tono, el menor.
Enloquecida, mamá Sato se desembaraza de las tablas. Una viga le ha herido la pierna, pero no hace caso; se sigue debatiendo. Por fin, ya está libre.
No ve a los hijos. Sólo escombros.
-¡Mamá! –Tono debe de estar allí, bajo ese tabique roto.
Humo. Olor a madera quemada.¡Fuego!
Mamá Sato trabaja frenética. Los carbones encendidos de la cocina se han desparramado, han encendido el papel, las astilla; ya las llamas crepitan; ya asoman las lenguas rojizas.
La manito de Tono asoma entre las tablas. Mamá Sato tira de ella. Por fin lo saca. Tono llora, está lastimado en la cabeza; tiene la ropa hecha jirones, pero Mamá Sato ya lo deja a un lado y sigue removiendo las tablas. De un lado llega ahora el grito desgarrado de Shima, la nena mayor; el fuego debe estar alcanzándola. Y tres metros más allá hay otro llamado, igualmente angustioso.
-¡Mamá, no doy más, mamá! –Es Saki, el tercero.¿A quién salvar primero?
Perezoso, el humo se alza en volutas por entre las tabas.
Un sollozo desgarra el pecho de Mamá Sato.
¿A quién salvar primero?
Tira de una viga; debe estar apretando a los dos.
¿Y los otros? ¿Y Moto? ¿Y Kami? Una bocanada de aire quemante la lanza hacia atrás. El fuego, avivándose de pronto, salta ya, envolviendo a todo el montón de escombros.
-¡Mamá! –No se oye nada más: sólo el rugir del incendio.
Mamá Sato, abrasadas la cara y las manos, debe retroceder.
Tono, llorando, se le prende a la falda.








Los soldados de la batería antiaérea miran hacia B-San.
El destello, y ya no ve más.
Los rostros, abrasados por el intensísimo calor, en un instante quedan convertidos en enormes llagas.Los ojos, vacíos, sólo liquido en las cuencas vacías.
Los soldados de la batería antiaérea. Dieciocho, veinte años de edad.
Nimoto se gradúa de tranvía. Acaba de tomar el turno, y aprovecha que el vehículo ya está lleno para ordenar la planilla.
Como el fogonazo de magnesio de un fotógrafo, el súbito destello ilumina todo de pronto.
Hay gritos espantosos entre los pasajeros. Nimoto toca la campanilla sin saber por qué. Súbito estruendo de vidrios rotos, como envestido de costado por un tren, el tranvía cae violentamente a un lado.
Nimoto ha perdido el sentido. Cuando vuelve en sí, apenas si oye algún gemido.
Está atrapado entre dos hierros retorcidos. El tranvía ha sido aplastado a lo largo. No hay casi sobrevivientes. Son apenas dos o tres los que gimen.
Nimoto trata de soltarse. Debe tener algo roto en la espalda. Duele mucho la cintura, las piernas no le responden casi.
El tranvía –lo que queda del tranvía- está medio sepultado bajo los restos de una casa. Pero Nimoto puede ver la calle.Ve, así, el humo.
Ve a varios heridos, semidesnudos y llagados, que pasan a la carrera. Tropiezan entre los escombros, pero pasan.
-¡Tesukete! ¡Socorro! –llama Nimoto.
Pero ninguno hace caso; pasan de largo.
Más humo, aire caliente, fragor de llamas que se vienen. Nimoto forcejea; sólo no se soltara nunca.
Más y más humo.
Es el fin.-¡Tasukete!
Una figura surge entre el humo.
La figura vacila; por fin, se acerca a Nimoto…
Ya lo ha visto.
Con una mano trata de apartar el hierro que retiene a Nimoto.
Pero nada.
-¡Usa las dos! –grita desesperado Nimoto.
Ahora puede ver bien al otro. Un golpe de viento abrió el humo.
Ahora puede verle la sonrisa débil, como de disculpa, en el rostro chamuscado. Se alza de hombros, no puede hacer nada. Se va, tiene una mano útil. La otra, quemada, es sólo una masa rojiza.
Nimoto queda solo.
-¡Tasukete!
Nadie le responde.
Muy pocos de los sobrevivientes del área céntrica recuerda haber oído la explosión. Sin embargo, los que estaban a más de 10 kilómetros dicen que fue ensordecedora. La más fuerte que oyeron jamás.
Por los escombros que llenan las calles, Manca, obrero de una fábrica de colchones, regresa a su casa. Estaba trabajando en el sótano de la fábrica cuando fue la explosión; consiguió salir, y ahora tiene una rara sensación de culpa al verse tan ileso entre tanta destrucción, entre tantos muertos y heridos.
-¡Mizu, Mizu, Agua! –suplican varias voces entre las ruinas. Pero Manaka no se detiene. Tiene prisa, mucha prisa: debe buscar a su madre, que quedó sola en casa.
Manaka sabe que hay un incendio, sabe que el fuego va para el lado de su casa. Allí está lo que fue su casa, un gran montón de vigas, tablas y mamparas.
A un lado una mujer desnuda, con el cuerpo todo rojo, ha tenido un vestido floreado y el intenso calor, concentrado en las partes oscuras, le ha estampado en el cuerpo las flores del dibujo… No se le ven los ojos en el rostro desmesuradamente hinchado.
Manaka empieza a trabajar; quizás su madre este viva todavía.
-¡Manaka! –alguien lo llama.
Pero la voz muy débil no viene de los escombros.
¡Manaka!
¿De dónde viene esa voz? Parece tan cerca.-Manaka…
El corazón de Manaka se detiene.
La mujer… Si, es ella, su madre.
Al momento de la explosión, Hiroshima tenía 250.000 habitantes. Murieron cien mil, hubo otros tantos heridos. La mayor parte de estos heridos, muchos gravísimos, quedaron sin atención. Porque de los 150 médicos que había en la ciudad, murieron cerca de la mitad; casi todos los demás resultaron heridos.
Esto fue lo que multiplicó el horror de Hiroshima.
Tantos, tantos quemados, sin atención alguna durante todo un día y una noche y otro día.Los que murieron en primer momento sufrieron poco o nada. El calvario fue para los que quedaron. Hiroshima, la ciudad de las muertes inenarrables.
-¡Vayámonos abuela… vayámonos! –la nuera, con una hija en brazos que mira indiferente el fuego, trata de apartar a la anciana.
Pero la señora Agaki no se mueve.
-Es gasolina –dijeron algunos al ver la lluvia-. Han regado la ciudad con gasolina y prendieron fuego. Así explicaban lo que no entendían, aquel fabuloso desastre causado por un solo avión.
Silenciosa procesión de heridos, buscando refugio en el río.Ninguno se queja, a pesar de las quemaduras, de las heridas que siguen sangrando.
Caras que no son caras. Manos que no son manos. Algunos caen, se dejan morir entre los escombros.
Los demás siguen, el incendio los corre.
El río.
Los salva del fuego, pero la sal del agua es una tortura más.
Cuando suba la marea el agua crecerá.
Muchos de los refugiados se ahogarán.Tres días después de Hiroshima otro puerto japonés, Nagasaki, sufría el mismo tratamiento. Nueve días después el emperador Hirohito comunicaba a su pueblo que el Japón estaba vencido. Lo cual justificó el empleo de la bomba atómica: Las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki habían acortado la guerra quizás varios meses y en varios millones de vidas.
Así se justifica Hiroshima. ¿Pero se justifica así el hombre?
Pobre raza de victimas, el ser humano.
Nadie es culpable.Nadie es culpable en Hiroshima. Todos fueron víctimas, aún los que lanzaron la bomba.
Nadie es culpable en Nuremberg. Todos fueron víctimas, hasta los que encendieron los hornos.
Nadie es culpable en Hungría. Todos son víctimas. Hasta los tanquistas que entraron en Budapest.Nadie es culpable, todos, todos son víctimas.
Raza de victimas, la humanidad.
Pobre patética raza de victimas, queriendo alcanzar las estrellas.


Escrito por Héctor Germán Oesterheld y publicado por primera vez en la revista Eternauta de Editorial Emilio Ramírez, en febrero de 1962. Ilustraciones por Solano López en el año 2005.

martes, 4 de agosto de 2015

Ese instante.



aunque busqué en  libros y  escaparates  

por el estilo 

intenté la conversación y hasta el interrogante 

inquisidor  

con mi yo 

ineludible 

probé con espejos y espejismos 

esgrimí combates con los floretes 

del aire 

desagoté

el diccionario (las palabras

llegaron al borde

de la mesa

y se suicidaron en masa)

 

en ningún recoveco literario 

ni afín 

encontré término ni definición 

para el fenómeno gozoso en el que nada 

importa 

sino que inmediata e inexorablemente sobrevendrá 

lo deseado

 

instante previo entre tintinear 

de  llaves 

y consumación 

de pasos 

caída del astro y atardecer 

encendido 

brillo especial en la mirada y labios 

en promesa

 

evocación y ruego 

aviso dichoso que precede a lo anhelado 

lapso preliminar 

agonía dulce antes del soberbio 

final




Colofón:
Contra los finales felices,
presuntuosos 
e indiscutibles, 
quiero el humilde, silencioso 
y controvertido júbilo 
del instante previo.

viernes, 31 de julio de 2015

Natalia Romero y la mar en coche.

Es como encontrarse en un lugar pequeñito que se va estirando y, sin darte cuenta, la que quedás chiquita sos vos en ese mundo de libros, historias, poesía y coincidencias.

Primero es Pepa que te recibe, casi antes que Natalia. Pepa se adelanta. Los ojos de Pepa lo hacen. Después todo es pleno goce entre charlas y mates con yuyos, fregadas y ronroneos.

Con Natalia conversamos como si nos conociéramos desde hace tiempo, como si ya lo hubiéramos hecho muchas veces. (Entiendo y me entero que a muchos les pasa esto mismo).
Y estamos tan a gusto en ese lugar que nos cobija que el tiempo pasa sin que lo advirtamos.

Es que mi amiga Gabi  y yo hicimos el mejor plan: visitar la librería que Natalia Romero alimenta y mantiene viva.  "A cien metros-de la orilla" se llama.

Conversamos con urgencia porque sabemos que Natalia tiene que dar una clase pero como nadie toca el timbre  seguimos y seguimos.

La librería respira, late, se mueve, tiene sus funciones vitales en perfectas condiciones tanto que además se le da por convocarnos, llamarnos, hablarnos, convidarnos.

De pronto jugamos, son  poetas quienes forman ronda con nosotras. Leemos poesía hasta  sin leer. Desafiamos el tiempo con los trabalenguas (carcajadas del canje por un jacarandá), con la emoción de abrir un libro azarosamente y encontrar un latido, con la luna en piscis, con la circunstancia de reconocernos en lugares comunes, con el intercambio poético de alguna receta, con hablar de los abuelos como si recién nacieran.

Así, el timbre seguiría sin sonar...

Es hermosa y cálida Natalia, en eso coincidimos Gabi y yo. Perdón, "en eso también coincidimos", debí decir.

Patri.



"..."En San Telmo se cuenta otra historia con un mismo espíritu, la de A cien metros de la orilla (www.acienmetros.com.ar), de Natalia Romero, que pasó de trabajar en una tienda de diseño a dedicarse de lleno a las letras y los libros. "Escribo desde hace muchos años, y mi vínculo con algunos libreros particulares, como en Eterna Cadencia y Librosref, encendió una lucecita que fue difícil de esconder. 'Nati leete esto'; 'Nati llegó esto otro'. Y las ganas de querer tener mi propia librería fueron más fuertes. La idea de poner un local era una locura, imposible, así que comencé tímidamente con una plataforma Web donde recibía consultas y hacía envíos. La mayoría de los pedidos yo los llevaba en bicicleta, y siempre estaba atenta a las cosas nuevas que iban saliendo, las publicaciones de las editoriales independientes que a mí más me interesaban, lo desconocido, con poca difusión." Hoy, en un entrepiso de un departamento sobre la calle Defensa hay tres paredes completas atestadas de libros, y allí Natalia es librera de a ratos, también dicta talleres de escritura, escribe, lee "y además cocino y duermo". Todo funciona en un mismo espacio, y la intimidad de su casa y el vínculo directo con los que llegan hasta allí le aportan magia al proyecto. "El crecimiento es lento, cuesta, pero hay mucha gratificación."..."

"...Todo lo que hacemos está relacionado con la poesía, noescierto? Descubrir una librería es descubrir un mundo, y la de Natalia es un bello mundo, con escaleras de peldaños blancos, gata anfitriona con nombre de galletita, cactus que recortan su silueta en el vidrio, lápices negros y de colores y libros, libros y libros que llaman, dispuestos a abrir la puerta e irse con el visitante".  
María Gabriela Moreno.

lunes, 27 de julio de 2015

Ensayo pájaros


contra el malhumor
ensayo pájaros

con tiza
con lápiz
con hilo y aguja

contra la soledad
los adioses 
que no se pronuncian
los definitivos
los promisorios
los inveterados
contra nostalgias
ensayo pájaros

con todo 
canto vuelo reposo
nido pichones plumas renovadas

contra los escopetazos
las gomeras
y los árboles caídos

contra el sueño sin sueños
ensayo pájaros

martes, 21 de julio de 2015

Ritos del camino.

◄►recorrer calles◄►reconocerse en lugares nuevos que cobijan como si fueran la casa de siempre◄►abrazar las horas de la siesta◄►perderse en un barrio con olor a naranjas◄►repetir trayectos para encontrarse con plantas evocadoras de la infancia◄►
 

Sansevera~Sansevieria~Espada de San Jorge~ Lengua de suegra

Bolívar y Jujuy ~ S.M de Tucumán.

 

recorrer~reconocerse~abrazar~oler~perderse~repetir~evocar








Ines.

No es para contar,
ni para fotografiar.
A Ines hay que presenciarla.
Desde el azul,
desde cuentos pequeños...
presenciarla.
Su valija trae más milagros
que la de un taumaturgo.
Ella  abre y todo comienza
a transformarse en el aire:
manos, pies, abdomen,
rostros,
silencios.
De la valija a los dedos de Ines
hay pases mágicos
pero es su cuerpo
el que porta los portentos.
Ines, abraza, baila, teje poesía,
despliega el mundo que la habita
desde el cariz femenino
de la naturaleza humana.
Desenvuelve ritos,
desentraña y nos muestra
su cosmovisión artística y vital.
Por si se hace necesario aclarar:
sus personajes extáticos,
(no estáticos) son sabios
como ella.

Es Titiritera.


Ines Pasic es actriz, 
titiritera, productora,
 directora teatral 
de origen bosnio 
y residente en Lima, Perú.
Participa año a año, 
entre otras actividades 
del Festival Internacional 
de Títeres al Sur, 
en Buenos Aires.
Por estos días 
se está llevando a cabo 
la 6ta edición.
Más datos aquí.

Contar presentaciones de libros.




La Biblioteca Nacional nos recibió, imponente en su planta de hormigón, el sábado 18 de julio.
Patricia Morante y yo, presentamos el nuevo libro de nuestra
amiga, la escritora ANA M. ODDO.
 Poesía pura, sentida, integran el libro cuyo título: 
CONTAR LOS DIAS, 
impulsó el aporte del público, respecto "al propio contar de días"...
 El paso del tiempo, las despedidas, los balances cotidianos y las sensaciones más profundas pueblan las páginas de este poemario para pensar (y repasar) instantes vitales, afectos...
La música, la danza, las canciones... también fueron parte del encuentro.
Lecturas, una entrevista a la autora, firma de ejemplares, charla y brindis entre amigos, hicieron de la presentación una reunión sensible y aglutinadora de emociones, recuerdos y proyectos...


Palabras de Gustavo D'Orazio en su blog.

lunes, 20 de julio de 2015

"...¿Y si un pájaro enloquecido cantara? Esperanza inútil. El canto apenas atravesaría como una leve flauta el silencio..." Clarice Lispector. Silencio


FotoTolhuin. Ventana de rancho en San Juan.

sábado, 11 de julio de 2015

...

y nada más



Foto Tolhuin. Subiendo al Champaquí.

martes, 7 de julio de 2015

EL PASEO/ LA PROMENADE, 1917.

 

"A veces me parece que Chagall me pintó a mí".

 Ana María Oddo.



El pintor  y su esposa Bella Rosenfeld en el verdor de la campiña de los alrededores de Vitebsk , ciudad en la que nació Marc Chagall un 7 de julio de 1887.

lunes, 6 de julio de 2015

Frida.


Un día como hoy pero hace 108 años nació Frida Kahlo, 
una mujer valiente que compartió su vida y obra 
con todos nosotros.







Primera obra de Frida 
Kahlo realizada durante su convalecencia 
luego del grave accidente en 1926.

Dijo de sí misma:

“No reniego de mi naturaleza, no reniego de mis elecciones, de todos modos he sido una afortunada. Muchas veces en el dolor se encuentran los placeres más profundos, las verdades más complejas, la felicidad mas certera. Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo mas parecido a mi misma que he podido.”




martes, 30 de junio de 2015

Mari.

Foto de Gerardo Pérez Elío
 Le escribo a Patricia:

Antes, durante y después
de tu intemperie
María Ester te abre su corazón,
sólo que vos te das cuenta
cuando quedás parada
en medio de la nada.

Ella y vos,
como tantas veces,
conversan,
ríen,
evocan,
lloran.
Mientras vos mirás
ella interviene
para deshacer
una pelea callejera.
Después dramatiza una clase
de capoeira
que te hace olvidar
de todos los dolores.
Y cuando ya está
la primera parte
del poema sobre la mesa,
impregnado de olores
de infancia,
de amores adolescentes,
de partos,
partidas,
estrategias pedagógicas,
luchas,
viajes y complicidades,
vos le nombrás
un detalle que,
gracias a la charla,
recuperaste.
Cerrás los ojos y se lo decís,
como decís tantas cosas:
al pasar.
Pero ella, que no deja pasar
nada de lo que le decís,
escribe la última estrofa
salvadora,
breve,
en la que tu intemperie
se puede abrigar
con una lluvia finita.