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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Beatriz.

Adioses.
 
Murió mi eternidad
pero nadie se ha dispuesto velarla; a lo mejor
muere Beatriz con quien jugamos siempre
como si fuéramos criaturas predestinadas, secretamente
para no romper el sortilegio y perder blasones y ganar
realidades
Paco


                                                                               


Foto y poemas de la página del libro Hermano Paco Urondo.
Hoy puedo responderte usando tus palabras, en voz baja, para
que no te enojes:
Murió mi eternidad
con tu muerte
que aún velo.
Todavía jugamos como criaturas predestinadas
y no se rompieron los sortilegios, hermano
ni los encantamientos
y sí…,
blasones perdimos a montones
pero para bien de los dos
y de nuestra realidad.
Creo que estás en una estrella
donde te sentás todas las noches
a tomarte lo que sea que se beba en ámbitos celestes,
mientras los ángeles tocan guitarra criolla,
sé Paco querido,
que me dedicás alguna sonrisa y me guiñás el corazón
sabés que eso me oxigena
y te agradezco.
Ahora te dejo ahí, charlando riendo
en la música del cielo.
Quién te dice, que allí nos encontremos un día,
cuando aprenda a volar.

Beatriz 


Del libro "Hermano Paco Urondo" de Beatriz Urondo y Germán Amato.



    Biblioteca Popular Beatriz Urondo      (❛‿❛✿̶̥̥)

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