no es para sofocar lo que permanece
hasta en las congruentes cenizas
ni para contradecir
corazones que con él se encienden
no es para desdeñar lenguas
denotaciones
ni tropos en su nombre
mucho menos para recrear la antítesis
que sólo nos deja ese hilo de vapor ascendente
es porque yo
pobre poeta
tengo en mí la riqueza
del setenta y cinco por ciento
de ella
es porque lo pienso
porque si no lo pienso lo sueño
porque si ni lo sueño ni lo pienso
igual humedezco
por eso digo
hoy lă ρŏĕšíă ĕštá ĕň ĕl lŭğăř ɗĕl ăğŭă
Epílogo que merece ser prólogo:
Lo dijo Tales de Mileto 500 años a. de C.,
aproximadamente:
No el hombre, sino el agua, es la realidad de las cosas.
Bello, poeta bella.
ResponderEliminar