Como la búsqueda incesante
de una página perdida,
inveterada,
irrepetible,
casi imposible de volver a leer.
Como el deseo de persistir
en la noche de aire y río
de un verano insomne.
Como el lapso atravesado
por toda la ternura del mundo
en un único rito indecible,
constelado.
Como la insistencia
en lo inasible.
Así, mi mano,
colmada de esperanza.
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"La
mano humana es un órgano de caricia que reemplaza a la lengua como tal
en otros mamíferos. La mano ya estaba plenamente desarrollada con estas
características desde hace tres millones de años en nuestros ancestros
directos. Los dedos de la mano del chimpancé no se estiran como los
nuestros. Los restos fósiles muestran que la mano de nuestros
antecesores podía estirarse igual que la nuestra. Sin duda en la
historia evolutiva humana
la mano tiene que ver con la manipulación en la coordinación
viso-manual en esto de sacar las hojitas que cubren las semillas de los
pastos. Imagínense una espiga de trigo en la que tienen que sacar las
hojas que cubren cada grano para comerlo. Pero la mano humana es mucho
más que eso.
La
mano humana tiene una maravillosa habilidad de adaptarse a cualquier
superficie del cuerpo; con ella se puede acariciar cualquier superficie
del cuerpo del otro o propio. No hay duda de que la mano es un órgano
manipulativo, pero la historia evolutiva que da origen a lo humano, en
mi opinión, no tiene que ver primariamente con el uso de herramientas,
sino con la sensualidad, la ternura, la colaboración y la caricia. Y no
con la caricia como una cosa abstracta, sino que con la caricia como
fenómeno de la corporalidad que hace de ella, además, un acto psíquico
con fundamento fisiológico. ¿Qué pasa si un niño se cae y viene donde la
mamá con la rodilla adolorida? La mamá lo acoge, lo acaricia, y el niño
deja de llorar. ¿Se trata de un niño mañoso?, ¡no! Es por los efectos
fisiológicos de la caricia que el niño se siente inmediatamente mucho
mejor. Cuando uno acaricia en torno a la zona magullada, se produce
anestesia central en el área dolorida como un fenómeno fisiológico
normal. La caricia suprime el dolor, induce bienestar. Cuando nos
acariciamos, cuando entramos en contacto corporal acariciante, nos
apoyamos de alma a alma, y sin contacto corporal acariciante, nos
enfermamos".
Humberto Maturana Romesín. Transformación en la convivencia.
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