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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 21 de diciembre de 2020

El nombre














"Lo que importa es vivir y morir 
encontrando 
sentido a todo lo que hacemos 
y lo que hemos hecho; 
librar al cuerpo, en lo posible, 
del dolor físico, y al alma,
del sufrimiento espiritual.

Basta de inmolaciones. 
Hemos nacido para la alegría".

Mercedes Chenaut




Hubiera querido encontrarme más veces con ella pero sólo la vi en dos ocasiones. Sé por amigas queridas y más cercanas a su persona y actividades, lo inmensamente amorosa que era, que es. Pero también lo sé por esos dos encuentros, que bastaron para iluminarnos con su palabra.

Ella nos recibió, nos acogió, nos escuchó, nos aconsejó, nos encendió. A ella le gustó nuestro proyecto artístico. También nos habló de su amada familia, de asistentes a su taller, de amigas y amigos, y de su lucha.

Ella nos hizo un maravilloso convite y nos pidió un nombre.

Dany y yo sabíamos que la propuesta escénica debía tenerlo pero dábamos demasiadas vueltas para definirlo. Fue un mensaje de ella, Mercedes Chenaut, después de la cálida charla en la que habíamos fijado fecha en Estancia Los Cuartos,  que nos "apuró" afectuosamente.

Así surgió el nombre DOS VECES, VOCES, en enero de 2018, entre discusiones, marea de palabras, miradas y repertorios. Sí, sí, teníamos hasta el repertorio pero no el nombre.
Con el tiempo nos dimos cuenta de que ese DOS, no sólo tiene que ver con la dupla, con que somos una pareja de artistas, etc, etc, sino con que DOS señala simplemente más de UNO/UNA.

DOS VECES, VOCES fue, es y será el nombre amoroso que tomó forma y empezó a sonar de la mano de Mercedes y de ese espacio inaugural, de puertas abiertas, que tan generosamente nos ofreció.

Hoy podemos decir, orgullosamente, que  cada vez que aparezcan tantas voces en escena estará especialmente la de la querida Mercedes. Orgullosa y alegremente, porque es cierto y adherimos a lo que ella afirma con tanta contundencia: "hemos nacido para la alegría".

Buen viaje, querida. Te evocamos, Mercedes Chenaut, 
 Dos Veces, Voces, esta pequeña compañía, te está infinitamente agradecida.

20 de diciembre de 2020.




martes, 8 de diciembre de 2020

Esperanza

Una esperanza ¿se puede sostener?

¿Hasta cuándo?

Y si se suelta, ¿se puede inventar una nueva?

Si no hay forma de inventar, 

¿podemos valernos de una esperanza ajena?

¿Alguien puede regalarnos una?

Si la esperanza es lo último que se pierde,

¿cuánto perdimos antes?


Soneto para decir Chubut de Daniel Aráoz Tapia por Dos Veces Voces


 

Perdón, Baldomero


Convocatoria:   https://www.facebook.com/photo?fbid=4259686317380039&set=a.143195129029199



Cabeza y cuerpo caminantes

Iba riéndome sola por las calles.

Primero fueron las anchas magnolias cerca de los cables despidiendo su olor hipnótico.

Después, asomarme a cada bocacalle, mirar como me enseñó mamá y descubrir por lo menos un jacarandá a un lado y al otro.

Iba con la camisa violeta que me regaló mi amiga y me daba placer estar en consonancia con el paisaje.

Iba avanzando  por el camino entre trinares y olores blancos y lilas. Con la felicidad de los días nublados en que se intensifican ciertos colores y aromas.

Y empezó el juego en el que salí ganando porque cruzaba cada calle y me preguntaba ¿dónde estará el próximo amigo? e inmediatamente se hacía presente, cerca de la esquina, a mitad de cuadra o llegando al final. A veces eran dos tapizando ingenuamente de flores las veredas.

Así se hizo la risa del camino.

Iba sintiéndome libre a cada paso, con la libertad que me daban las elucubraciones que sólo  aparecen en las caminatas, con ese entretejido único y el goce de andar, apoyar la planta de los pies, distraerme por cualquier motivo, volver a los sentipensamientos y parir alguna idea, no importa cuál pero parir,

Este cuerpo mío, esta cabeza mía, caminantes a cielo abierto, este corazón que me canta "a cielo abierto la alegría, no la megaminería"