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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

martes, 2 de enero de 2024

Instrucciones para mentir lindo

Para esta actividad se necesitará un jardín o un patio con plantas, una manguera, una canilla de la que extraer agua y (optativo) un acople de riego multifunción. Se podrá realizar también con un balde o regadera pero, cabe aclarar, que la calidad de la mentira será superior con una manguera.

Mientras no se produce la real, verdadera, genuina, generosa lluvia, salga a su patio o jardín y comience a hablar, como hace siempre, ni bien atraviese la puerta. Podrá expresarse con las palabras que desee, incluso con vocablos inventados o frases oliveriogirondianas ("el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan y nooan", por ejemplo). El tono y volumen también quedan a su criterio pero se recomienda que este último crezca paulatinamente. Se sugiere empezar con un murmullo suave e ir en aumento sin llegar al grito desaforado pues la mentira podrá ser descubierta de inmediato.

Mientras se dirige hacia el lugar donde está su manguera  e incluso cuando la está conectando a la canilla puede hacer referencia al clima. Decir por ejemplo: "¡Uf, que lorca!, ¡qué día pesado!, ¡cuanto hace que no llueve!", entre otras frases por el estilo. Incluso, dirigirse con las palabras a algunas plantas en particular: "vos, cherry necesitás agua todos los días", "pinchudo, que grueso estás, vos si que la pasás bien", "ay, mami petuña, te me estás arrugando", "qué rica carne gorda por aquí" (mientras le echa un mordisco a una de sus hojas), "Espada de Saint George, con esas flores más que matar al dragón lo vas a enamorar",etc. En este punto es válido usar matices en la voz y sobreactuar un poco. También puede hacer de cuenta que alguna planta entabla un diálogo con usted:-¿qué decís, Nella?... ay, qué loca... ¿que la gata te dijo que iba a llover?... si las gatas no hablan, fantasiosa-. Puede terminar esta parte con una risotada no demasiado estridente.

El siguiente paso será realizar el riego como usted acostumbra, en el orden que prefiera, mientras continúa con la charla, siempre y cuando ésta no le impida concentrarse en la actividad. Llegado este punto es conveniente que coloque su dedo en el orificio de salida de la manguera y mueva rápidamente la mano para abarcar la mayor cantidad posible de plantas. Incluso puede dirigir hacia arriba el chorro para beneficiarse usted misma mientras exclama con un notable cambio de tono y aumento inaudito de volumen: -"se largó", "llueve", "qué bendición", o frases acordes. Si dispone de un acople de riego multifunción la calidad de esa lluvia mentirosa alcanzará el nivel premium. Es importante que sostenga esta actividad por unos cuantos minutos y que se crea su propia mentira para disminuir el riesgo de ser descubierta (disminuir el "riesgo" no así el "riego"), pero no exagere ni sobreactúe demasiado, no se pase de tiempo ni derroche agua, no sea cosa que la manguera termine siendo émula del corazón buchón del cuento de Poe.

Es válido que mientras esa "lluvia" se produce, usted pueda seguir emitiendo palabras: "hola, yuvilinda, acá te esperábamos"; "¿viste, malvoncito, qué fresca está?; "¡ay, salvia de mi vida, cómo bailás bajo las gotas, ¿eh?!"; y otras canciones similares. 

Casi sin que se dé cuenta, absorta en el disfrute con todos los sentidos, saldrán las lagartijas desde las grietas, volarán abejas alrededor de la heteropteris glabra, pasará cerca de su cabeza el colibrí con ese zumbido tan característico para buscar agüita entre las hojas y algún que otro insecto pequeño además de flores.

Usted agrandará la sonrisa y no podrá creer que fue una mentira la que la llevó a ese estado, una que no tendrá consecuencias nefastas y que usted le quiso hacer creer a sus plantas y a otras criaturas del jardín cuando en realidad todas ellas son cómplices de una acción gratificante en una tarde calurosa de verano: FINGIR LLUVIA.








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