Se da cuenta de mi malestar,
de mis dolores de ausencia,
de mis incontrolables pies fríos.
Soporta estoicamente,
aunque inclinando las orejas,
mis lecturas poéticas en voz alta
y mis crisis de llanto.
Sabe... y me prodiga
miles de cabezazos
y refregadas.
Y yo le agradezco y le permito
que también se beneficie
con mis caricias
y la dejo
dormir
aquí.
Aquí
cerquita
palpitando
ronroneando
sobre mis pies
incontrolablemente fríos
Una vez que ambas
estamos reconfortadas,
la una con la otra,
mutuamente,
amorosamente,
y vuelve a su sueño,
yo me olvido de ella.
Y así
plácidamente
bajo las sábanas
me acuerdo del mundo
bajo las sábanas.
Casa nueva, energía remozada y el mismo talento poético. Felicitaciones. Nos vemos en Villa Oddo. Abrazo.
ResponderEliminarBendita poesía que amortigua el dolor, bendito el amor inocente que amortigua ausencias. Bendito sea tu corazón de poeta. Te quiero.
ResponderEliminarA veces, cuando te leo amiga, siento que en alguna vida anterior fuimos una sola persona...Hermoso. Abrazote!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar