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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 30 de septiembre de 2013

Reafirmación de mis placeres. Sencillo corolario de un día complicado


El dulce de leche.
El mate amargo, por lo menos dos veces al día.
La sandía: llegar el corazón.
La fugazzeta.
La cerveza de trigo.
El olor de la albahaca, llevarla como un ramito de flores cerca de mi nariz.
Las glicinas, su perfume y la desfachatez con la que cuelgan de las pérgolas.
Las fresias, que hace mucho no veo ni huelo.
El olor a cebolla friéndose en manteca y el ritual de cortarla pequeñita o en finísima juliana, a pesar de las lágrimas.
El pan caliente, partirlo con los dedos aún humeante...
Acariciar un gato, o a una "gatita" rayada gris. Dormir con ella las mañanas de los viernes cuando quedamos solas. Escuchar "sus motores" ni bien cierra la puerta de la casa el último en irse.
Abrazar, sin más explicaciones, o sí: para multiplicar los abrazos.
Reirme hasta llorar de los chistes de mis hijos.
El sol en invierno, nada más reconfortante.
Leer. Escribir. Escribir. Leer.
Contar cuentos.
Recitar poesías.
Mirar a los ojos.
Seguir con la vista el recorrido de alguna bandada.
Andar a caballo.
Buscar atardeceres rojos.
Los dibujos de Beatriz Aurora.
El sonido del agua.
Un árbol.
Que me inviten a salir.
La lluvia en un bosque o en el Botánico.
Meter los pies en el barro.
Caminar diez cuadras hacia mi trabajo.
Caminar.
Sentarme en la arena frente al mar en enero, si es posible, durante horas. Un ritual largo e infinito.
Pisar las hojas secas en abril.
Comprar mandarinas en junio lejos de casa para volver comiéndolas por el camino.
Desviarme del camino habitual en octubre para pasar por aquella casa que tiene madreselvas en el alambrado.
Seguir el rastro de los jazmines en diciembre con los ojos cerrados.

3 comentarios:

  1. CUANTO POR COMPARTIR Y DISFRUTAR...ABRAZO.

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  2. Amigos, qué bien me hace leerlos y escucharlos en mi tarde silenciosa.

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  3. un bálsamo para el alma, tomarse 5 minutos y leer silenciosamente pero con todos los sentidos en estado de turgencia, tan hermoso texto

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