Hoy, una mujer que salió de su casa puteando, literalmente, casi me lleva por delante. Cuando se dio cuenta me miró a los ojos, me pidió disculpas y agregó con simpatía algo así como: "esa costumbre que tengo de salir como desaforada". Reímos las dos porque yo entendí de qué hablaba. Y siguió caminando apurada.
Al llegar a la esquina le habló en guaraní a un hombre de la vereda de enfrente. Y volví a entender: le dijo algo acerca de la lluvia además de que endulzó su voz y suavizó el paso. Después siguió con su ritmo y la perdí de vista.
Quedé enlazada con mis pensamientos de este sucedido, algunos casi imposibles de transcribir o sintetizar, otros, sencillamente poéticos.
Por eso, caminar.
*Lluvia en guaraní
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