¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda
disminuida,
como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus
amigos, o la tuya
propia.
Ninguna
persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,
porque me
encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca
preguntes por quién
doblan las campanas; doblan por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario