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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

domingo, 19 de junio de 2016

Sáfica 🍊

Foto Tolhuin. Mayo '16.
Vivo testigo de mañanas frescas,
fresco donante de los frutos dulces,
dulce atalaya de mis sueños vivos:
ríe conmigo.


Clama a mi amado, al que siempre pienso;
toca su aire con tu olor cercano;
toma mi canto, díselo en mi nombre.
Dile que vuelvo.











Foto Tolhuin. Junio '15
🍊 Es un tipo de estrofa creada por la poetisa griega Safo de Lesbos en el siglo VI antes de Cristo. En su adaptación a la lengua española, se la identifica por los siguientes elementos:

-Consiste en cuatro versos libres (es decir, sin rima), tres endecasílabos sáficos y uno pentasílabo adónico. Este último se compone de dos cláusulas rítmicas: un dáctilo (una sílaba larga y dos breves) y un espondeo (dos sílabas largas).

-Los acentos de los endecasílabos se ubican en la primera, cuarta, octava y décima sílabas.

-Al final de la quinta sílaba (átona) debe hallarse una cesura que divide el verso endecasílabo en dos hemistiquios de cinco y seis sílabas.

Autores que usaron la estrofa sáfica son: Alceo, Cátulo, Horacio, Melino, Swinburne, Ginsberg.

En España, apareció hacia el siglo XVI. En el XIX, Miguel de Unamuno demostró gran interés en ella. La utilizó y enriqueció en varias ocasiones.


En Argentina, la poeta Tolhuin intenta su composición haciendo caso omiso de dáctilos y espondeos pero ponderando los cítricos en sus virtudes cantarinas, como tópico.


  

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