<°> <°> <°> <°> <°> <°> <°>

...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 20 de abril de 2020

De gatos, pandemias y locuras




Las gatas, los gatos de esta casa
no conocen la situación sanitaria
del país; mucho menos, la global.
Siempre las mismas demandas
y placeres: un buen balanceado,
agua fresca, caja limpia,
lugar cómodo, puerta entreabierta.
Eso es casi todo.

Sus redes sociales se tejen
con un poco de juego,
algunos gruñidos entre sí;
un intercambio de maullido-palabra
y caricias con mamíferos bípedos.
Eso es casi todo.

Las gatas y los gatos de esta casa
(y estimo que de otras)
desconocen mecanismos
de redes sociales humanas,
desconocen la locura de las redes
montada a la locura de las pandemias,
hasta desconocen los cyberpatrullajes.
Desconocen además
que ellas y ellos aparecen
en publicaciones y comentarios.
Desconocen, al fin,
la locura de entretenernos con ellos,
de modificar las vidas
de cualquier ser
a nuestro gusto
y hasta de querer humanizarlos.
Y eso es casi todo.

A esta altura me digo:
qué lindo "desconocer",
qué lindo "no montarse a la locura";
pero yo, humana,
que hago demandas por demás
y no me conformo
con un solo gruñido
para ahuyentar al otro;
que tengo la capacidad
de intercambiar palabras
todo el día y, a pesar de ello,
no decir nada, a veces;
que siento la presión
de hacer cosas nuevas
todo el tiempo y dejar otras
atrás quizás para siempre;
que tengo miedos recién nacidos,
descubrimientos de última hora,
entierros sin despedidas
y viajes frustrados;
que soy deudora antigua
de muchos asuntos y ahora
me estoy acordando;
que padezco nostalgias
por lo que no fue ni será;
que me hago promesas
con forma de salvavidas
y no tengo esperanza
pero igual me miento;
que incorporo accesorios
a mi vestimenta
y, en el fondo,
envidio a los morrongos;
yo, (y ahora sí, esto es todo)
no aprendo o no puedo alcanzar
el amor y la inocencia
de gatas y gatos de esta casa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario