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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

jueves, 14 de mayo de 2020

Ensayos






Una muchacha de cabellos de fuego abre la puerta del zaguán 
y se sienta sobre el piso ajedrezado. La intensidad de sus ojos verdes 
no pasa inadvertida para el afilador de boina que anda ofreciendo 
sus servicios a la hora en que los vecinos empiezan a preparar el almuerzo. 
Ante esa mirada irresistible, él abre de más su boca y se desliza hasta el piso 
su flauta de pan interrumpiéndose el característico silbido de tres o cuatro notas.

Él ensaya un piropo en su cabeza pero se da cuenta, porque ya 
se lo han advertido otras veces, de que no tiene que andar acosando 
con sus frases libidinosas a las muchachas aprovechándose de su condición 
de pasearse por las calles para ejercer su oficio. 

-¿Cuchillos...? ¿Tijeras...? - pregunta con voz melíflua.
La joven niega con la cabeza.
El afilador recoge su chiflo, lo limpia rápidamente con su mano, 
lo acerca a sus labios y vuelve al silbido no sin antes servirse 
de su propio gesto para deslizar en el aire, un besito.


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