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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

sábado, 23 de marzo de 2024

Champaquita

"Champaquita de mi corazón, recorriendo la biblioteca tropecé esta mañana con una varilla de madera amorosamente atada con lanas de colores (no podía ser de otra manera, claro). Con la fuerza y la belleza de lo natural sostenían un mundo de rojos pájaros capaces de volar en el lado más sutil y consistente del aire. Qué placentera emoción me provocó leer esos poemas. Muchos de ellos los recordaba casi de memoria, como también tu imagen menuda, pero enorme en ternura y convicción, leyéndolos..." 

Es la primera parte del mensaje de mi amiga y admirada poeta y narradora, Ana María Oddo que desde que supo de mi felicidad por haber subido al cerro Champaquí en el 2015, me evoca con el nombre "Champaquita". A mi me encanta porque además de que viene de ella, me recuerda esos días que fueron un hito en mi vida. Con ese nombre me lleva  inmediatamente (me teletransporta) a la naturaleza más pura, a los diferentes momentos del trayecto, a las dificultades que se fueron presentando y al modo de resolverlas y, sobre todo, a lo compartido con Marina, Chochi (nuestro guía) y Martín. Y estoy sintetizando porque si tengo en cuenta la infinidad de imágenes que se me aparecen podría escribir muchísimo más acerca de esta vivencia.


Yo, que ando diciendo que "hemos perdido la ternura",  más bien la vengo encontrando en todos y cada uno de estos gestos, palabras, evocaciones,  soñados reencuentros. Quiero que Ana, que hoy me escribió el mensaje  refiriéndose a un librito mío, sepa que conocerla a ella también marcó un antes y un después en este camino que por lo general es a nivel del mar, aunque en muchas circuntancias, "desnivelado", y que esporádicamente me encuentra a 2800 metros de altura. Y estoy sintetizando porque si tengo en cuenta ese "después" de haberla conocido no me alcanzarían las palabras para describir todo lo que hicimos juntas.

Y el mensaje de Ana sigue así:

"...Cuánto de mí evocaron esos poemas. Cuánto de quien fui en ese tiempo. Cuánto de quien fui en la que soy. Por un momento sentí una cierta orfandad al recordar lo compartido en otro tiempo. Pero después comprendí que lo que uno ha sido, si es auténtico, sigue siendo y seguirá. Gracias por todo lo que das en cada verso. ❤️"

Gracias a vos, Anita de mi corazón,  por tan hermoso sobrenombre, por releerme, por recordarme la felicidad y por tu inquebrantable e infinita ternura.

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Proyecto: El Arte de la Ternura. Recopilación de voces, textos, fotos dibujos que digan, canten, hagan, celebren la ternura. 

patamorante@gmail.com


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