No hubo ingredientes, recetas
ni preparativos para la fiesta.
Sólo cuerpos y almas al descubierto
bebiendo gota a gota de la copa rubí,
dejándose envolver
por una primitiva rapsodia
de voces acordes.
A la hora de los jinetes,
montar la locura
de bordear el lado oscuro de los sueños,
mantener bajo la lluvia
las brasas encendidas,
hallarse más cerca de los cóndores,
que del pie del cerro.
Volver a la tierra, al girasol
y reconocerse semillas de flor azul,
molinos de esperanza,
largos caminos de un mito,
historias, ríos.
molinos de esperanza,
largos caminos de un mito,
historias, ríos.
Llegar a lo inevitable:
el temible salto mortal,
al vacío.
Ignorar en el desierto
cómo empezar de nuevo un bosque,
rehuir de beber gustosamente
de la intimidad oceánica del silencio.
Estallidos de voces discordantes,
resplandores ciegos,
brotes tiernos bajo la helada.
No pronunciar palabras de despedida
pero sin equívocos ni artificios,
sin recetas ni sazón ni preparativos
dejarse besar por la boca reseca del adiós.
Patricia Morante
11)) Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, procura ser feliz hoy.
Coge un ánfora de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe,
mientras te dices que quizás mañana te busque, en vano, el astro de la noche.
Omar Khayyam~ Rubaiyat
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