De La Garganta Poderosa:
Ahora
que tiembla la boca del tiempo, ahora que nos sentimos patas arriba,
ahora que arde la memoria del fuego, ahora que suspenden el fútbol a sol
y sombra, ahora que aprieta el libro de los abrazos, ahora que nosotros
decimos no, ahora que se rompen todos los espejos, ahora que lloran los
hijos de los días y ahora que sangran las venas abiertas de América
Latina, no podemos decir nada, pero mucho
menos “adiós”, porque cuando la garganta queda silenciada, es cuando
más necesitamos escuchar esa voz… Y entonces antes de irse, ahora que
llega la hora de despedirse, Eduardo Galeano vuelve a llenar nuestro
silencio con palabras andantes que calman el dolor, desde este prologo
que mandó para nuestro libro, manuscrito con letras de amor. Pues sí,
pensábamos guardarlo hasta la presentación, para sentirlo en la
gestación de nuestro grito más importante, pero hoy necesitamos
compartirlo: hasta siempre, comandante.
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