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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

lunes, 11 de enero de 2016

Bordar o entrañar la trama.

"...extendida y cuidadosa,
emprenden mis manos
la tarea de bordar
en espera de la barca
donde, en el revés
de un rito, desbordamos
y nos desbordamos..." *

Ante las dilatadas esperas
a la orilla del naufragio,
y entre todas
las labores insinuadas,
elegir bordar,
con la certeza
de no pretender deshacer
luego, lo compuesto.

Los resultados en la experiencia
de desandar el rito
arrojan que difícilmente se pueda
reutilizar el hilo,
máxime si se engendra
la concomitancia
entre torpeza e impaciencia.
Se necesita mirar muy fijo,
volver a pasar
e ir levantando
minuciosamente
y con aguja bien fina,
punto por punto.
Sin embargo
se producen allí
los primeros daños materiales.
Y a veces también
como segundo efecto
se rompe la tela.
Porque bordar es siempre
intervenir ese tipo de soporte.
Mientras se desteje,
por ejemplo,
ya que basta sólo
con tirar de la hebra,
dicen que hasta se puede leer
pero al des-bordar
es imposible.
Cada punto viene a ser
concentradamente
la propia lectura.
Es muy difícil no causar daños
en esta tarea de desarmar
pues bordar como rito,
como espera,
como esperanza
es siempre
entrañar una trama
y debe ser asolador
y desolador
tener que desentrañarla.






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