“Fue dueño del arte del errar; se sumergía en los hedores de los
márgenes; rechazaba la normalización que le ofrecía el papel de escritor
consagrado. Lemebel narra en resistencia: contra ‘la virulencia
homofóbica’ pero también contra ‘el oro postal de la clásica estética
musculada’; contra ‘el estigma de la plaga, contra el sidario condenado
por la moral pacata’. También, contra la loca que atesora ‘el modelito’
especialmente comprado para asistir a la próxima premiere luctuosa”.
Julián Gorodischer
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