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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

miércoles, 8 de abril de 2009

MIS PALABRAS

El siguiente es otro fragmento de un trabajo que debí realizar para aprobar un seminario en la facultad, durante mis estudios en Pedagogía Social. Nuestro profesor, Enrique Sosa, lo llamó A.D.N personal. En otras entradas han aparecido: MIS SÍMBOLOS, MIS ARQUETIPOS, MIS GESTOS. Este texto se denomina:


MIS PALABRAS (frases, canciones, poesías...).


En el habla cotidiana recurro muchas veces a los refranes o dichos populares. Aunque considero que muchos de ellos parecen sentencias, me ayudan a ver ciertos aspectos de la realidad. Por ejemplo: “Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”, me permite analizar que la obsesión irracional por algo puede terminar mal pero también que no es necesario ir mucho a la "fuente" para romper el "cántaro", que puede éste no romperse o que, en el último de los casos, puede romperse en otro lugar.


Mi abuela, que no había podido terminar siquiera cuarto grado, empujada a trabajar desde muy pequeña, recurría a la sabiduría popular para explicar muchas cosas y yo, que empezaba a interesarme por la ciencia y las letras la tomaba como blanco de mis correcciones y postulados. A ella le causaba mucha gracia y ésa era la forma en que nos comunicábamos: decía algo que sospechaba gramaticalmente incorrecto, me miraba de reojo y yo la corregía. Muchas veces expresaba “la cura que le habían dicho” para alguna enfermedad y mi función era preguntarle cómo ella podía comprobar que era así como "le habían dicho". Con el tiempo aprendí a respetar los dichos y entredichos de mi abuela. Los consejos de Martín Fierro llegaron a mí por primera vez a través de ella (algunos un poco cambiados por la reinterpretación que hacía de los mismos).
Años después conocí el contenido de este poema y pude comprobar que mi abuela había captado ideas fundamentales. Actualmente lo leo cada año con mis alumnos de quinto año y con ellos descubro o redescubro su valor. Y, respecto de los refranes, estamos haciendo un compilado de los que permanecen vigentes en las familias, con alumnos de 2do año.

Existe una frase que mi abuela decía cuando veía pasar rápidamente un auto: “Iba a ochenta y capota baja”. A nosotros (a mis hermanos y a mí) nos causaba mucha gracia, considerando la velocidad de la que se asombraba y, sobre todo, por el tema de la “capota”. A veces yo digo esa frase ante mis hijos y causa mucha más risa aún. Es una expresión que nos da la idea de los cambios acelerados que se vivieron en el siglo XX. Por supuesto que es un discurso que permenece vigente en mi corazón junto con el poema de José Hernández.

Las "canciones" de amor y melódicas no me parecieron cursis hasta los quince años. Luego de esa edad comencé a preferir los "poemas" de amor y los que abordaban otros temas como los de Miguel Hernández. Ya expresé que comencé a amar a García Lorca y a Neruda... y a Benedetti (Con todos ellos tengo “un gran abrazo”). Me agradaba aprender de memoria las poesías y recitarlas a mis compañeras en la clase. En mi epoca “feminista” expresaba: “Hombres necios que acusáis/ a la mujer sin razón/ sin ver que sois la ocasión/ de lo mismo que culpais” de Sor Juana Inés de la Cruz.


Actualmente, en mi tarea como narradora, también elijo poesías, y me da mucha satisfacción hacerlo. La siguiente, de VICENTE HUIDOBRO, fue recitada el 21 de marzo en la actividad que realizamos con Ana María Oddo en la plaza San Martín de Morón:


Ella daba dos pasos hacia delante

Daba dos pasos hacia atrás

El primer paso decía buenos días señor

El segundo paso decía buenos días señora

Y los otros decían cómo está la familia

Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo

Ella llevaba una camisa ardiente

Ella tenía ojos de adormecedora de mares

Ella había escondido un sueño en un armario oscuro

Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza
Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos

Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla
Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina

Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad

Era hermosa como un cielo bajo una paloma

Tenía una boca de acero

Y una bandera mortal dibujada entre los labios

Reía como el mar que tiene carbones en su vientre

Como el mar cuando la luna se mira ahogarse

Como el mar que ha mordido todas las playas

El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia

Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas

Antes que el viento norte abra sus ojos

Era hermosa en sus horizontes de huesos

Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado

Como el cielo a caballo sobre las palomas.



En el año de la Guerra de Malvinas y gritábamos “Sólo le pido a Dios” de León Gieco. Hace nueve o diez años redescubrí a este cantante y sus canciones, por supuesto...
También desde hace un tiempo, valoro mucho la música folklórica y sus letras.

Me gusta en la actualidad recopilar textos impresos, en muros o en las voces de los habitantes de los lugares que visito. En otra ocasión, este tema aparecerá en forma privilegiada en este espacio, pero he aquí un adelanto en la foto de la pared de un centro educativo, en Humahuaca(enero de 2007), donde dice, además de los nombres de los escolares: "SOMOS CULTURA QUE CAMINA EN UN MUNDO GLOBALIZADO"




Nota: lo que aparece en negrita, en letra pequeña, fue escrito para la publicación actual.

3 comentarios:

  1. Patricia...me ocurre lo mismo. Ingreso a los blogs y no siempre dejo mensajes. El tuyo lo recorro con sumo interés. Todas las semanas parto en busca de novedades y Kemamell me recibe, me oxigena, me hace pensar...Felices Pascuas. Gustavo D´Orazio.

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  2. Me encanta la frase. Tenemos que hacer con ella, ¿no te parece?

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  3. Cuando todos ya duermen, casi todas las noches, sos quién a lo lejos motiva la última risa, la última sonrisa, o la última lágrima de emoción del día transcurrido.
    Gracias amiga. Por Kemamell, por shb, y por todo lo que seguramente falta por venir y compartir.

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