En octubre de 2008 tuve la oportunidad de estar en la presentación del libro "Caldén" de Gerardo David Curiá, en La casa de la lectura (Lavalleja 924, Bs As). La obra es bella y hace un recorrido poético por la Pampa: su paisaje y su historia, sus habitantes y sus misterios. Está dividida en cinco partes, aquí transcribo uno de los poemas de la segunda.
Huitru
El monte, tambor de potros,
lagunas de sal
Hacia la noche su valentía
We mapu peñi
La distancia,
tiempo en la piel desgarrada
¿Quién hostiga a Huitru?
La soledad sentada sobre las tolderías.
Caiñe caiñe caiñe
En las cuentas del saqueo
dolor por la perdida huella.
Por los ausentes
cruza la derrota
y no es la herida su aliento.
We mapu peñi
¿Por qué los dioses eligen
la forma del árbol
para el descanso de los perseguidos?
Huitru
Bravo en la fuga hasta la sed.
Negra de estrellas es la arena.
Héroe es el desierto
Peñi mapu we
Desligar las ataduras
atarlo a la tierra.
Salvarle la muerte.
Guitu Wuta Chao
Música del viento para el que muere
Guitu Wuta Chao
Golpe seco
cielo sin nubes
y el Dios
es el verbo
la voluntad
Peñi we mapu
Ramas en ajuar de espinas
intemperie,
y en lo profundo
severas falanges
hasta el agua.
Guitu Wuta Chao
En el tronco los caminos del daño
Huitru Pampa
Huitru Caldén.
En enero del presente año visité la provincia de La Pampa y conocí uno de los pocos bosques de Caldén que todavía se conserva, en Parque Luro, a 30 km de Santa Rosa.
El Huitru o Caldén es una especie endémica, y bien merecería ser el árbol nacional.
Escribí respecto del caldén:
"¿Qué tendrá para decir desde su interior el caldén añoso?
¿Cuántas vidas vio pasar desde su firmeza y dignidad?
Con la sequedad a sus pies
y el viento eterno en sus ramas,
espera ofrecer el fruto, desde lo más profundo,
a su alado compañero."
La belleza solitaria del caldén provoca esta belleza de palabras. Gracias, Patri.
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