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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

jueves, 22 de diciembre de 2022

La plegaria de mis pies de Patricia Morante

 "Tengo tanto que agradecer a quien me dio de beber cuando de sed me moría".  Así comienza la canción El buen modo de la amada María Elena Walsh y más adelante continúa: "Estos ojos no olvidarán al que una vez me dio pan cuando el hambre me afligía".

Cada vez que me siento plenamente agradecida me vuelve esta lírica, entonces la tomo, la pienso, la resignifico. Hasta hoy no me había puesto a escribir acerca  de esta emoción, generalmente resumo en un triple "gracias" y quienes lo reciben saben por qué, lo que implica y la reciprocidad que va más allá de un simple "ida y vuelta".

Ahora, que ya hubo un par de presentaciones de La plegaria de mis pies, en las que se han hecho tan hermosas devoluciones, regreso a lo escrito y editado en las páginas del libro, lo leo intentando que no soy la autora y me gusta cada vez más. También me agradezco reconociéndome autora y lectora de mí.

Releo, decía,  y se me ocurre que entre el verso/oración del comienzo: "Soñé que un dios me había dado cuatro vidas" (junto al deseo de tener una sola bien vivida) y el último verso de cierre, hay un entramado que da cuenta de ese camino único que transitamos, con sueño y falta de (que no es lo mismo que decir "insomnio" pero que también aparece), con hambre y ausencia de apetito;  toda una trama hasta llegar a la alegría de "Ahora soy una canción". En ese tejido "tengo tanto que agradecer" a quienes revivieron mi sed cuando ya no la tenía, "mis ojos no olvidarán" a quienes me ofrecieron como pan el alimento primordial de la poesía porque despertaron una vez más mis ganas y mis sueños. 

Promesa editorial, Germán , Guada, Celeste, Gabi, Ana , Gus, Miguel, Dany, Mari, Adri y Jorge, Marina, Gra, Jorge, Paula, Facu, Fer, Silvina, Alba, Yani, Meli, Silvi: gracias, gracias, gracias. 



 
Fotos en Cooperativa Cultural Qi 13/11








         Fotos en Casa de Argimón 17/12




jueves, 3 de noviembre de 2022

La plegaria de mis pies




^°^°^°^°^°^°^°^°La plegaria de mis pies de Patricia Morante ^°^°^°^°^°^°^°^°

<°>con diseño de cubierta e interiores de Germán Amato/ Tranki Panic,
<°>ilustración de tapa de Guadalupe Carrizo y
<°>texto en contratapa de Celeste Grillo

se presenta el domingo 13 de noviembre de 2022 a las 20
en Cooperativa Cultural Qi, Thames 240~ CABA,
en ronda amorosa de libros de Promesa Editorial:

^°^ La primera noche del fantasma de Verónica Yattah
^°^ Luminiscencias de Paula Jiménez España^°^°^°^
^°^ Cuarenta gotas diluídas en dos dedos de agua de Olivia Milberg & LADA6A
^°^°^°^°^°^Presenta: Patricia Fogelman ^°^°^°^°^°^
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Semillero fértil para la dignidad

 


Textos de Yanina Gambetti. Voces de Yanina Gambetti y Patricia Morante. Edición de Patricia Morante.

lunes, 5 de septiembre de 2022

Guardiana del Humedal

 


pezuña 'e vaca 
cada vez que aparece 
oigo tu voz

te vi una vez
y en esa caminata
fuiste maestra


y hoy te nos fuiste
tu cielo de humedal
te está esperando

Nieves Baldaccini, fuiste una excelente persona, 
profesora de la Escuela Municipal de Bellas Artes
de Quilmes, una de las fundadoras 
de la Asamblea No a la Entrega de la Costa 
Quilmes Avellaneda y del Foro en Defensa 
del Río de La Plata.
Nos honra haberte conocido. No te olvidamos.

domingo, 28 de agosto de 2022

Tito Sietesiestas, vencedor

Semanas enteras con sus días completos y a toda hora peleando contra las muertes de mi gato.

No sé si venían de a una, de a dos o todas juntas. En visitas inesperadas y otras en las que hasta tomábamos un café. En distintos horarios, con interrupciones nocturnas del sueño. Fugazmente o interponiéndose cada dos o tres pasos.

En forma simbólica o como parte de mis retorcidos pensamientos.

Vestidas como la Madame La Mort de Manucho, despojadas de pilcha, portando cuello isabelino o metamorfoseadas en sonda, jeringa o cánula.

Pensar que un gato me había tratado de "ingenua" cuando alguna vez  hice referencia a sus siete vidas. Ahora sé que la lucha fue larga e intensa y que por lo menos una vida Tito salvó porque me mira ahora mismo mientras leo en voz alta, se me acerca, me amasa cuatro segundos y se retira a los pies de la cama para dormir su séptima siesta del día, libre, feliz y cubriéndose la cara con sus patitas.

Reserva Urbana~ Plaza~ Vuelta al barrio

 I

Quiero ser de humedal y benteveo

II

Un círculo tapizado de hojas secas. Ocho mesitas de cemento con sus correspondientes dameros y sus banquetas firmes y duras.

Alguien dejó una botella con agua.

Aparece un perro, de esos con collar coqueto que sueltan en la plaza para que defequen. Y defeca.

Se sube a una de las banquetas para alcanzar la botella sobre la mesa. Y la alcanza.

La tira al piso y la mordisquea.

Su humano apenas lo mira de lejos.

Sigue mordisqueando la botella para romperla. Y la rompe aunque no lo suficiente como para introducir su lengua y beber de su contenido.

De pronto, un silbido.

El perro levanta la cabeza, toma la botella y corre hacia su amo. Chorrea agua en el caminito curvo.

Una voz: -¿qué hacés? ¿Por qué traés porquerías?.

El perro salta, lloriquea, ladra, le señala como puede, al dueño, la botella.

Ahora, las manos, colocan con firmeza la correa en el collar azul francia, tironean hasta que deja de haber resistencia y llevan en dirección oeste al perro que ya cagó, jugó cinco minutos y ahora camina muerto de sed hasta su domicilio en el barrio de edificios de tres, seis y ocho pisos.

III

Palo borracho de flores blancas a mitad de cuadra junto al poste con el aro de basquet.

Viejita encorvada dándole maíz a las gallinas en el patio delantero.

Casa de la familia C. con su frente cargado de azulejismo.

Mandarinos asomando por encima de la tapia hecha de bloques.


(Fue el 4 de junio pero podría haber sido hoy)


martes, 9 de agosto de 2022

"Quién dijo que todo está perdido"/ Epígrafes para Andalgalá


Buscando un título para esta foto, apareció la palabra coraje cuya raíz significa corazón. Sería algo así como ir con el corazón por delante. Y me gusta decir que Guardianas y Guardianes del cerro y del agua tienen un gran coraje. Se les ve el corazón cuando hablan, cuando caminan por la vida y en ella, cuando escriben poemas, cuando dan una entrevista como en el caso de la foto. Así viví esto último desde la vereda de enfrente cuando decidí  hacer esta toma: un  grupo de jóvenes rodeando a Raúl y los latidos de todos y cada una componiendo la música que debiera escucharse en todos los canales, emisoras y redes sociales.

Digo esto porque la palabra coraje me suena muy bien, más que la palabra valentía, y porque la palabra coraje últimamente también está siendo vapuleada. Se dice de funcionarios políticos que tienen coraje pero la verdad es que cuando el funcionario piensa sólo en su bolsillo y no lo que dicen las comunidades, que es lo que generalmente ocurre, no tiene coraje por más megaemprendimiento que inicie o negocie, eso se llama prepotencia. Entonces, una vez más, usemos bien las palabras. Raúl tiene coraje, Ximena tiene coraje, Antonio, Rosa, Aldo, Enzo, Edu, entrevistadores en la foto, tantos otros y otras que ponen el cuerpo todos los días para defender los bienes comunes, tienen coraje. Los funcionarios, repito, tienen prepotencia. No confundamos las actitudes, ni las intenciones, ni las palabras.

Tanto trabajo digno que podrían hacer, tanto coraje que  podrían tener y justo van a elegir la violencia y la falta de ética destruyendo el cerro, dejando sin agua un pueblo entero y persiguiendo a sus defensores.

El coraje es de las personas dignas, es amor, es ir con el corazón por delante dando una mano,  diciendo la verdad. El coraje es de quienes resisten en la querida Andalgalá.

Patricia Morante.

El video:

https://www.instagram.com/reel/Cgz6mrqlZO1/?utm_source=ig_web_copy_link


sábado, 30 de julio de 2022

El pueblo de la dignidad contra la muerte disfrazada de progreso/ Epígrafes para Andalgalá


Estábamos en Choya, habíamos compartido alimentos, abrazos, bailes, canciones y charlas 

como en una auténtica celebración familiar.









Quienes salimos a caminar después, nos encontramos con un puente peatonal, colgante, 
oscilante, de ingeniería inesperada y maravillosa. Lo cruzamos.






Pasamos luego algunas curvas y subidas por una calle de tierra admirando el paisaje con el 

cerro guardián a nuestras espaldas, la vegetación y la sencillez de las casas.

A mí, como suele pasarme en los recorridos, todo me traía un recuerdo de la infancia, aunque era la 

primera vez que pisaba esas tierras.

Por ejemplo, el patio de los abuelos, cuando vi en los árboles a las gallinas ya dispuestas 

a pasar la noche aunque todavía era de día.

O cuando estuvimos con Antonio, recién bajado del cerro donde está resistiendo 

el acampe digno de este hermoso pueblo y conversamos con él naturalmente 

como si nos cruzáramos con el buen vecino del barrio.




O cuando en una vuelta del camino empezamos a escuchar el atardecer de los pájaros 

entremezclado con voces humanas que venían de más lejos y se nos añadió un ingrediente 

misterioso a la caminata. Y nos miramos las cuatro de modo cómplice, con la certeza  de que, 

por más que nos apuráramos, nos perderíamos igual la ronda que provenía de esas voces, 

el abrazo comunitario de "hasta la próxima", la última travesura, tal vez, antes de irnos.

Lo cierto es que, desde donde estábamos, nos sumamos alegremente al coro, al canto unánime 

de "fuera las mineras" que retumbó hasta el otro lado del río.




Otro día les voy a hablar del río si es que él no se me adelanta como suele hacer con su 

voz ancestral de piedra y agua, pero ahora quiero contarles lo último, 

aun más maravilloso que el puente del principio.

En la puerta del micro que nos llevaría de vuelta a Andalgalá estaba afirmado Raúl, 

otro guardián del cerro que no quería dejar de agradecer y saludar a quienes íbamos subiendo. 

Allí nos despidió como quien dice "hasta que volvamos a encontrarnos", 

sonriente y luminoso como siempre. 




Estábamos en Choya, habíamos compartido alimentos, abrazos, bailes, canciones y charlas como en una auténtica celebración familiar.

Quienes salimos a caminar después, nos encontramos con un puente peatonal, colgante, oscilante, de ingeniería inesperada y maravillosa. Lo cruzamos.

Pasamos luego algunas curvas y subidas por una calle de tierra admirando el paisaje con el cerro guardián a nuestras espaldas, la vegetación y la sencillez de las casas.

A mí, como suele pasarme en los recorridos, todo me traía un recuerdo de la infancia, aunque era la primera vez que pisaba esas tierras.

Por ejemplo, el patio de los abuelos, cuando vi en los árboles a las gallinas ya dispuestas a pasar la noche aunque todavía era de día.

O cuando estuvimos con Antonio, recién bajado del cerro donde está resistiendo el acampe digno de este hermoso pueblo y conversamos con él naturalmente como si nos cruzáramos con el buen vecino del barrio.

O cuando en una vuelta del camino empezamos a escuchar el atardecer de los pájaros entremezclado con voces humanas que venían de más lejos y se nos añadió un ingrediente misterioso a la caminata. Y nos miramos las cuatro de modo cómplice, con la certeza  de que, por más que nos apuráramos, nos perderíamos igual la ronda que provenía de esas voces, el abrazo comunitario de "hasta la próxima", la última travesura, tal vez, antes de irnos.

Lo cierto es que, desde donde estábamos, nos sumamos alegremente al coro, al canto unánime de "fuera las mineras" que retumbó hasta el otro lado del río.

Otro día les voy a hablar del río si es que él no se me adelanta como suele hacer con su voz ancestral de piedra y agua, pero ahora quiero contarles lo último, aun más maravilloso que el puente del principio.

En la puerta del micro que nos llevaría de vuelta a Andalgalá estaba afirmado Raúl, otro guardián del cerro que no quería dejar de agradecer y saludar a quienes íbamos subiendo. Allí nos despidió como quien dice "hasta que volvamos a encontrarnos", sonriente y luminoso como siempre. 

Patricia Morante.


https://agenciatierraviva.com.ar/la-turbiedad-de-las-aguas-del-rio-choya-la-turbiedad-de-los-procedimientos-mineros/


lunes, 25 de julio de 2022

Ayudame a mirar / Epígrafes para Andalgalá

FOTO 1

Cuando las vi, interponiéndose entre mi lente y el cerro, de cara a aquella mañana nevada, me acordé del relato de Galeano en el que un niño que no conocía "la mar" lo descubre por fin detrás de los médanos y le pide emocionado a su padre que lo ayude a mirar.

Ese sábado de julio de llegada a Andalgalá volvimos un poco a la niñez ante el espectáculo de la nieve, la belleza, ese recreo exacerbado ante la vista.

Nuestro propósito no era turístico, pero lo fue por algunos momentos. Nos sorprendió gratamente el paisaje. Sin embargo, el "ayudame a mirar" estuvo en las entrañas de la preparación de este viaje y del largo viaje en sí. Estuvo a la vuelta, esa vuelta larga que aún perdura. Porque, no sé si les pasa a ustedes, a mí se me hacen inmensos los regresos, no tanto por las horas que llevan, sino por los tiempos que se van tejiendo entre las hebras de los recuerdos, la intensidad de lo vivido, las intenciones que se encienden aquí y allá. Ése es un paisaje infinito en el corazón para el que también necesitamos otras miradas.

Ayudame a mirar si me dan los números, ayudame a mirar qué hay para llevar que sirva al acampe, ayudame a mirar el recorrido, ayudame a mirar a Enzo, a Edu, a Rosita, a Rita, a Paulina, a Ximena, a Antonio... ayudame a mirar a Raúl que en esta lucha, y no es paradoja, es uno de los que mejor nos ayuda a mirar.

Ayudame a mirar el río seco, ayudame a mirar a tanta altura y con tanto frío el acampe de Choya.

Ayudame a escuchar, a entender, a tejer, a tomar fotos, a comunicar, a escribir poesía.

Ayudame a decir.

(Acá hago una pausa para que vos pienses o escribas tus "ayudame" para esta lucha)

............................................................................................................................................................

Ayudame a escuchar no sólo las canciones, pero también las canciones.

Ayudame a mirar no sólo la maravilla, pero también la maravilla.

Porque si en este recorrido no nos empecinamos en alzar la voz por el agua en todos sus estados, el cerro, la vida, el amor, entonces ¿qué estaríamos defendiendo?

Cuando las vi, a Yani y a Mariela, de cara a aquella mañana nevada tuve la intención de chistarles para que se dieran vuelta. Pero, claro, tal vez el epígrafe hubiera sido otro... 

Patricia Morante

Andalgalá, 16 de julio de 2022, en contexto de la  Caminata 650 por la Vida, en un colectivo que llegó dentro de un colectivo°.


°Delegación Plurinacional y Federal, formada por integrantes de diversas organizaciones y asambleas (en defensa del agua y de la vida, contra la Megaminería contaminante, saqueante, destructiva) viajó en el Che Bondi del 16 al 18 de julio de 2022.

https://www.facebook.com/photo/?fbid=10228417732256665&set=a.2857051593696


lunes, 9 de mayo de 2022

Derrumbe

cómo hicimos para hacer desaparecer 

lo que tanto nos agradaba 

no fue en un siglo ni en dos 

fue en un segundo

cerramos los ojos 

y el mundo se desmoronó 

delante de nuestros oídos

martes, 12 de abril de 2022

12 del 4


Hoy, mientras removía tierra en el fondo volví a encontrar algo.
Un puño en alto, más pequeño que la primera falange de mi meñique, envuelto en barro y extirpado, con intención o no, de algún juguete~muñeco. Es decir, un fragmento.
Siempre que trabajo en el jardín desentierro algo. Es más: palabras más, palabras menos, ya escribí esto alguna vez.

Aunque quizás sea hora de ampliar mi poema y de algún modo desenterrar supuestos versos que acompañen al mago Yu-Gi-Oh y recobrar la esperanza que había sido sepultada.
Con el puño en alto, ¿por qué no?





1° de mayo

lunes, 21 de marzo de 2022

Siete años

Foto de Chochi, hermano guía en Cerro Champaquí, Córdoba.
Marina y Patri en ascenso al cerro. Foto de Chochi. Marzo de 2015

El viaje, las pendientes, la elección del guía. 
La emoción, los pasos, la sonrisa para la foto.
Las piedras, los aromas, las nubes sobre nuestras cabezas.

Vivimos una experiencia única, un hito.

Subida al Champaquí que marca un antes y un después en nuestras vidas,

como el conocernos, como el soñar juntas,

como las felices coincidencias en el camino de la amistad.

Inefable distancia

¿Cómo se dice "caricia", de lejos?

¿Y "abrazo"?

¿Cómo se dice "beso" sin humedad?

¿Cómo se dice "piel"?

                                  (de gallina

                                   o

                                   cualquier otra)

¿Cómo, "diástole y sístole"?

¿Cómo, "antebrazo" o "cuello"?

¿Cómo se dice

                         "pasos"

                         "noche"

                         "estrella"

                          con la opacidad

                          de la distancia?

¿Cómo se dice "ojos", sin destello?

¿Cómo "llovizna"

             "llovizna"

             "espalda"?


Ya sé

de lejos, no se dice

viernes, 18 de marzo de 2022

El juego del cordel

 Patricia Morante escribe a partir de la muestra COMO EN CASA de Guadalupe Carrizo inaugurada el 4 de marzo de 2022.

Paredes enfrentadas e hilos invisibles que conectan las palabras, problemas que se entretejen, que provienen de una misma matriz y, tal vez, no; pero creemos que sí. Lo que pasa en el Norte pasa en el Sur y, a veces, no; pero casi siempre, sí. 

Lo mismo de Este a Oeste y viceversa.

Llegando a El Local, el lugar de la muestra, en La Paternal, ya se lee una vidriera con slogans "esperanzadores". En realidad, nos resultan irónicos, como cualquier frase que pueda decir alguien que hace la plancha en el mar de problemas. Fondo colorido y brillante de glitter, para más datos. Letras grandes, fotografiables desde la vereda de enfrente, más allá de los cuatro carriles de la J. B. Justo.

"Aquí también la Nación crece" y "Una ciudad más disfrutable para todos los vecinos".

 Dos reposeras en la vereda también convocan.

Franqueamos la puerta, miramos a un lado y al otro. No sabemos por dónde empezar pero arrancamos.

Guada hace un relevamiento basado en problemáticas y asambleas cuyos integrantes ponen el cuerpo día a día, nadando y, a veces, naufragando en los problemas y buscando la forma de salir a flote, tratando de encontrar la solución, de ser escuchados y de que sean reconocidos los derechos de las personas y de la naturaleza. Y es abrumador, al principio, ver los afiches con tanta información.

Un mapa conceptual a la izquierda. Carteles con letras grandes, carteles con letras pequeñas y flechas que van tejiendo las relaciones entre las problemáticas.

A la derecha, una bandera interminable, que promete agrandarse aún más, tal vez infinitamente, con los nombres de las asambleas que están trabajando, chequeadas cuidadosamente por Guada. Aquí sí está la esperanza, sin comillas ni ironías.

Me gusta de Guada, que invita, que comparte, que presenta una muestra no acabada sino como el principio de algo. 

Y me gusta pensar que el poema está en esos hilos invisibles/silenciosos, al principio, que entretejen las paredes enfrentadas de la muestra, por donde creemos que continúa el mapa. 

En ese tejido está el intercambio de ideas y opiniones que propone Guada y la pared en la que está fijado el cartel ASAMBLEA PERMANENTE se va conformando en un dibujo que se agranda a lo alto y a lo ancho abarcando casi todo el espacio. Como en las figuras de cuerda, el juego de manos basado en un hilo, o similar, cerrado y anudado formando aros en el que el cordel debe disponerse entre las dos manos  que comienzan formando una figura...



sábado, 12 de marzo de 2022

Un jardín

Hay que cuidarlo. 

A veces, sólo basta un poco de presencia, observar todos los días, mover esto para allá, traer de vuelta aquella maceta, atender el llamado de esas hojas nuevas, regocijarse con la cantidad de lombrices, bichos bolitas y otras presencias más aéreas, observar los dibujos que van dejando orugas y caracoles en algunas plantas.

Después, sentarse en el medio, cerrar los ojos y respirar conscientemente.

Antes de irse preguntar:

¿Tenés sed? ¿Aprovechaste la lluvia de ayer? ¿Te ofrezco algo más?







lunes, 21 de febrero de 2022

Vos

Cada vez se me aparece un rostro nuevo de vos. Ya tengo más de mil guardados en celdillas que consulto cuando se me desdibujan los contornos y me asalta el miedo de olvidarte.

El rostro de imitar a la abuela. El de acicalarte el cuello como un gato. El enfurecido.

El de la risa contagiosa. El de la boquita con vergüenza. El de la mirada profunda.

El de los ojos desviados. El del peinado que no te gusta. El de la cabeza llena de piojos.

El de las marcas por una pelea. El de boludo que quemó las tostadas.

(Llegué a pensar que no podías desayunar sin el rito de las tostadas y ahora me doy cuenta de que no podés si no las quemás antes, si no las raspás, si no dejás la bacha llena de esa lluvia de pan negro). 

El rostro de desayunar, de chupar mate mientras te comés las tostadas más finitas del mundo.

El burlón. El de tocar la guitarra. El de hacer unos acordes, detenerte, anotar algo y volver.

El de los pies por primera vez en el mar. El del diente partido. El de culo.

El del dolor de oído. El de la sopa salada. El de las pestañas cortadas al ras.

El de descubrir figuras en la pared despintada. El de las preguntas difíciles durante la cena.

El de insultar al viejo de enfrente. El de quemar los recuerdos.



Mujer medicina

 

Estoy feliz y agradecida de participar en este maravilloso proyecto.
Cuando Ana Runakay produjo la magia para que me encontrara con el bellísimo texto de Fe Luna me enamoré de la historia, de cada frase, cada palabra y, por supuesto, de la idea de poner mi voz.
Imaginé apenas cómo sería la animación del relato por conocer algunos trabajos de Ana y por lo que me iba contando mientras grababa los textos, pero en estos días en que llega la obra terminada, me enamoro mucho más. Si no fuera porque es tan real la producción diría que es "increíble".
Recuerdo que la primera vez que lloré de emoción en el teatro fue por una obra de títeres. Hoy vuelvo a llorar mientras miro el video y pienso en abundancia con todo ese despliegue infinito de creatividad y amor. Y para mejor estoy integrada con mi granito de voz al inmenso planeta de Mujer Medicina.
Gracias, Anita, Titiritera de la vida y la alegría.


https://www.facebook.com/1108098053/videos/983183902297984/

sábado, 19 de febrero de 2022

Ser

 Y vos, ¿quién sos?, me decís.


¿Quién soy para quién o para qué?
¿Quién soy por la mañana o en el colectivo lleno?

¿Quién soy cuando distorsiono un mandala?
¿Quién soy cuando te miro?
...


 
Y  vos, ¿sos o te hacés?

miércoles, 16 de febrero de 2022

lunes, 14 de febrero de 2022

La Salamanca~ Cerro Colorado~ Córdoba



 

No sé si les habrá pasado: de pronto, estar atravesando unas vacaciones soñadas (o que ellas te atraviesen a vos), con una amiga del alma. Encontrarse a más de mil kilómetros de tu casa. Llegar a un lugar para almorzar y sentir que estás en tu hogar, aunque no hayas comido lo que preparás en tu cocina, ni en apariencia se parezca a tu patio ese patio. Sin embargo al rato de permanecer allí empezás a encontrar semejanzas o añoranzas entre objetos usados como macetas; sombras amadas de árboles añosos; plantitas que crecen saludablemente; alegría de quien te sugiere, pone la mesa y te sirve (Karina).

A mí me pasó hace poco en La Salamanca~Casa Pozo.

Gracias, gracias, gracias.

viernes, 11 de febrero de 2022

El juego de las sombras en los espejos

Tenía 7 u 8 años y me habían dicho que si en el espejo del baño me miraba con una vela colocada justo debajo del mentón iba a poder ver al diablo. ¿Por qué el espejo del baño, me pregunto ahora? Tal vez por lo privado... ¿Y por qué hablábamos tanto del diablo a esa edad?

Al diablo nunca lo vi, y en esas ocasiones en que lograba rescatar una vela y hacer el ejercicio de por lo menos calentarme la barbilla, no sentí miedo. Más bien se apoderaba de mí una especie de ansiedad contenta.

Ahora que me acuerdo, sí lo vi, en una ilusión óptica pero lo vi. Teníamos una tarjeta con un diablo, rojo obviamente, con su característica cola y su tridente. Mirábamos la tarjeta fijamente durante unos cuantos segundos y después, el techo, si era blanco, mejor. Y ahí aparecía por unos escasos segundos. 

Las amenazas eran crueles cuando los adultos consideraban que nos portábamos mal: cuando estés durmiendo, te va a llevar de las patas. Afortunadamente a mí no me afectaban esas amenazas y no es que me portara excelentemente, sólo no me sugestionaba, creo.

Pero volviendo al espejo del baño, me fascinaba el efecto que producía la vela debajo de mi cara. Y las sombras que aparecían detrás de mí.


https://corazondelarbol.blogspot.com/2021/11/el-drama-de-la-flama.html

Auto

No sé si fui pájara o lombriz

No sé si gota de viento o pincelada de Aurora

No sé si fui aprendiz, amante, madre. No sé si soy

Sí, me reconozco poeta
...
¿Y escribo bien o dignamente?
Sé que dije poeta, no escritora
Tal vez tu ceño no piense lo mismo
¡Cuánto me alegro!

lunes, 7 de febrero de 2022

Tostado~Selva~Melincué


¿Por qué agradecemos tres veces?
Porque la Gratitud es la mayor expresión del amor, es la gran multiplicadora de la vida y porque es un verdadero seguro de salud.  Porque el número 3 representa algo que se ve como un todo. Por ejemplo: en lo holístico un Ser Integral es: cuerpo, mente y espíritu; las dimensiones del tiempo son 3: pasado, presente, futuro; los estados del agua son 3: sólido, líquido y gaseoso, y el Universo tiene 3 planos de manifestación: físico, mental y etérico.
Entonces cuando yo digo, pienso o escribo 3 veces la palabra “gracias”, hago esto: gracias por todo lo que soy, gracias por todo lo que tengo, gracias por todo lo bueno que ahora fluye hacia mí.🌱❤️

(Texto de la página Sagrado Equilibrio de Lucía AguaySol)