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...o këmamëll, voz del mapudungún: "corazón del árbol", el centro, el meollo...

domingo, 1 de abril de 2012

PrOblEMA.

A tío Beto, que voló
una madrugada de verano
como una sutil
polilla.

No es verdad que sólo
adiestradas palomas
llevan y traen mensajes.
Todo ser alado
es portador de sueños.
Poco vale si tiene
un anillo dorado en una pata,
si bajo las alas
o en la garganta
o dentro del sombrero
atesora los recuerdos.
Simplemente va, ligero por la vida
con una delicada intención.
Se posa en los cables,
se baña en los charcos
y se refugia en la rama
de tu árbol.
A veces liba
de alguna flor roja
de las que cuidó tu madre.
Cuando acumula energía
despliega sus alas
y escribe la idea principal
de un sueño
o la letra de una canción
en el aire
para que lo leas
y se te pongan
los ojos celestes.
Yo tengo un tío con alas
y ojos así de claros.
Él lleva y trae "bromas"
y disparates,
que son algunos de los sueños
de los optimistas,
de los ri-sueños.
Los que nos quedamos
perplejos,
pisando la tierra
¡cuánto desearíamos
un par de alas!
Te digo que si pasás aunque sea
un día de tu vida
y, mirando hacia arriba
o buscando entre las migas
y semillas de la plaza
o dentro de una flor,
no ves ni a mi tío
ni a ninguno de estos seres,
estás en emergencia, es decir,
en un pRoBLema.
En cambio, si vas por la calle
o en el colectivo;
si salís al patio
y descubrís aunque sea
un solo pájaro o
una leve libélula
entonces estás en un poema.

Fotos Tolhuin. Córdoba, 1998.

4 comentarios:

  1. Buenísimo, Patri. Abrazos poéticos

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  2. Me has recordado un poema de Oliverio Girondo que me encanta. Quizá lo conozcas. Dice así:

    No se me importa un pito que las mujeres...

    No se me importa un pito que las mujeres
    tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
    un cutis de durazno o de papel de lija.
    Le doy una importancia igual a cero,
    al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
    o con un aliento insecticida.
    Soy perfectamente capaz de sorportarles
    una nariz que sacaría el primer premio
    en una exposición de zanahorias;
    ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
    bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
    Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
    Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
    tan locamente, de María Luisa.
    ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
    ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
    y sus miradas de pronóstico reservado?
    ¡María Luisa era una verdadera pluma!
    Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
    volaba del comedor a la despensa.
    Volando me preparaba el baño, la camisa.
    Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
    ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
    de algún paseo por los alrededores!
    Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
    "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
    ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
    para llevarme, volando, a cualquier parte.
    Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
    que nos aproximaba al paraíso;
    durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
    como dos ángeles, y de repente,
    en tirabuzón, en hoja muerta,
    el aterrizaje forzoso de un espasmo.
    ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
    aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
    ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
    la de pasarse las noches de un solo vuelo!
    Después de conocer una mujer etérea,
    ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
    ¿Verdad que no hay diferencia sustancial
    entre vivir con una vaca o con una mujer
    que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
    Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
    la seducción de una mujer pedestre,
    y por más empeño que ponga en concebirlo,
    no me es posible ni tan siquiera imaginar
    que pueda hacerse el amor más que volando.

    Un fuerte abrazo y una sonrisa al vuelo.

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  3. Hermoso y conmovedor, alagador y sutil...ABRAZO COMPLICE.

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  4. Oliverio, Oliverio... ¡Cuántos suspiros y aleteos me arranca tu poema!

    Ana, Juan, Gus...¡Cuántos abrazos y sonrisas al vuelo me inspira este compartir con poetas!

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